Atleta canadiense corrió 800 kilómetros por una causa
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Mientras que algunos pueden haber pasado sus vacaciones en sus casas abrigados en el invierno canadiense, Rachel Thevenard, una estudiante de segundo año de la Universidad de Waterloo, decidió correr la longitud del oleoducto denominado "Línea 9" de la empresa Enbridge. El oleoducto se extiende unos 800 kilómetros desde la ciudad de Sarnia hasta Montreal en el país norteamericano, y transporta 300.000 barriles por día (bpd) de bitumen y petróleo crudo.
Rachel Thevenard con las zapatillas que usó en los 800 km.
Thevenard corrió en el colegio; corrió en pista e hizo algo de cross country. Pero nunca habia corrido una maratón. La atleta de 22 años se preparó y corrió al dia entre 25 y 50 kilómetros.
Según Thevenard, el oleoducto violó el artículo 35 de la Constitución canadiense, que proporciona protección al derecho de los aborígenes a la tierra, al no obtener el consentimiento de 18 personas de las Primeras Naciones (primeros asentamientos indígenas), en o cerca de la ruta de la tubería. Los Chippewas de Thames, indígenas afectados, se encuentran en el proceso de recaudación de fondos para conseguir una apelación en la Corte Suprema y revocar la aprobación del oleoducto.
"Los Chippewas de Thames no deberían tener que pedir sus derechos constitucionales básicos en la corte", dijo Thevenard.
Habiendo oído hablar primero sobre la tubería en 2011, Thevenard nunca esperó que fuera aprobada la construcción. Según ella, además de la imposibilidad de obtener el consentimiento de las Primeras Naciones, aspectos del oleoducto, como su duración, el aumento de la capacidad de transporte de 240.000 bpd a 300.000 bpd, así como la naturaleza peligrosa del bitumen y sus técnicas de transporte, podrían dar lugar a "un derrame garantizado que generaria una contaminación permanente a los Grandes Lagos. Además, ampliaría las arenas de alquitrán, y fomentaria la construcción de refinerias de bitumen en Chemical Valley, lugar donde se ubican las tierras de Los Chippewas."
En respuesta a esto, ella decidió correr.
Recorrido de 800 km del oleoducto.
"Correr es algo que me parece muy natural para mi cuerpo. Este gasoducto no es natural. Las arenas bituminosas no son naturales. Un experto en oleoductos ha calculado que esta tubería tiene un más del 90 por ciento de posibilidades de ruptura en los primeros cinco años. Esto no es algo que necesitamos para sobrevivir. Nos han lavado el cerebro para pensar que necesitamos petróleo, pero se dispone de alternativas, y debemos utilizarlas."
Después de finalizar su recorrido el 6 de enero de 2016 y que comenzó el 5 de diciembre de 2015, Thevenard describe sentimientos de logro y agradecimiento con los organizadores de la manifestación.
En cuanto al futuro de la protesta, ella guarda "la esperanza de que quienes son parte de la ocupación ilegal entiendan que los tratados deben respetarse." Ella quiere ver el oleoducto desmontado y con el recorrido por donde pasa la tuberia recuperado.
En cuanto a las declaraciones de Enbridge que tiene su prioridad como empresa la seguridad del público y el medio ambiente, Thevenard señaló un proyecto anterior, la Línea 6B en Michigan, que mostró similitudes con la Línea 9 en términos de edad, tamaño y tipo de tubería. Consistía en una tubería de 40 años, de 30 pulgadas, diseñada para transportar el petróleo convencional y que luego fue cambiada para llevar crudo de arenas bituminosas, y resultó en el derrame continental más grande en América del Norte.
Enbridge declaró: "El oleoducto "Línea 9" protegerá el futuro de las refinerías canadienses, salvaguardará puestos de trabajo, y beneficiará a la economía de Canadá en su conjunto."
Thevenard no está convencida.
"Los seres humanos no pueden sobrevivir a un ritmo de extracción. Las arenas bituminosas deben permanecer en el suelo, y debemos utilizar otras alternativas distintas al petróleo. Estas refinerías, empleo generado y "beneficios" sólo traen destrucción a las comunidades predominantemente indígenas. Solo nos daremos cuenta del daño cuando entendamos que no podemos comer dinero y nuestros hijos tampoco pueden comer dinero", dijo.
Con información de la Universidad de Waterloo, Ontario (Canadá)