Lo que ha significado el atletismo para mí - Camilo Kuratomi
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Les compartimos la historia de un atleta acerca de lo que ha significado el correr en su vida. El atleta nos la compartió via Facebook.
Les quiero compartir, algo que queria expresar desde hace rato.
Gracias
Usualmente no hago uso de este medio pero considero que por esta vez está bien, no escribo esto por llamar la atención pues mi única intención es llegarle a aquellas personas que me conocen y a las que no, a las que me han apoyado y a las que desconocen lo que hago, los que me agregaron hace ya tiempo o los que me agregaron porque me vieron ganar una carrera, quiero darles a conocer lo que es ser un atleta y lo importante que ha sido para mí, no soy el mejor y hay que ser realistas, no llegare a ser el mejor del mundo ni siquiera estar entre ellos a duras penas tal vez logre estar al nivel suramericano y eso, pero no me importa, estoy seguro que comparto este sentimiento con muchos de los que han practicado este deporte, con mis amigos más cercanos, los que saben que es vivir y amar al dolor, darla toda en una carrera así quedemos de últimos para al final gritar que hemos ganado pues la verdad nunca se pierde, siempre es una pequeña ganancia la que tenemos. Hace tiempo quería hacer esto pero no había encontrado el tiempo adecuado y tal vez tampoco el valor, es posible que sean los nervios previos a una competencia o las ansias que uno siente, hoy no toca una competencia tan grande como un nacional pero que importa, podría ser una carrera armada en el barrio que la sangre va a fluir por las venas como nunca antes, que los latidos del corazón los sentimos en todo el cuerpo.
Hace una semana cumplí dos años de haber comenzado a entrenar en la Liga, cosa que si no hubiera sido por mi hermano no lo hubiera hecho, el me insistió, vio en mi lo que muy poca gente había visto y no se equivocó, parece apenas ayer que fui a la pista y comencé, parece ayer cuando le dije a mi mamá “Te prometo, por papá, que voy a estar entre los mejores, que la gente va a saber quién es Kuratomi”. Hay algo muy especial en correr, no es para nada una actividad bonita, las caras se desfiguran, rechinamos los dientes y nos duelen hasta las uñas, nos cansamos, sudamos como cerdos, nos caemos pero nos volvemos a parar y seguimos. Mi entrenador me abrió las puertas a algo que nunca pensé que fuera a ser tan importante.
Comenzó como un simple deseo de querer adelgazar, no hacía nada y era perezoso. Le dije a mi mamá, “Levántame a las 4:30 am para ir a caminar contigo”. Ella nunca lo hizo entonces fui yo quien armo su propia alarma, se despertó y salió con ella, empecé caminar y me di cuenta que no sentía ninguna diferencia y poco a poco empecé a trotar hasta que me di cuenta que ya no trotaba, corría. Poco a poco me fui involucrando más en el atletismo, por pura coincidencia o tal vez cosa del destino mi vecino resulto atleta y me introdujo a su club, estuve unos 6 meses con ellos, dándome cuenta que había algo único en correr, algo que ningún otro deporte me había dado, correr con ellos era diferente, escuchaba los pasos pesados, la respiración del que iba al lado mío, las quejas de la ampolla en el pie derecho del que iba en frente, a todos nos dolía algo. En pocos meses faltar a correr era horrible para mí, le dije a mi vecino “Quiero ir a los Olímpicos”. Me imagino que esta es la fantasía de todo atleta, en ese tiempo no sabía lo difícil que era, la verdad es que tal vez la única forma que vaya a llegar sea como espectador, sé que muchas personas me tienen fe, que me miran y esperan algo muy grande, perdón si esto es decepcionante para algunos pero es la verdad, pues claro ¿Cómo no esperar algo grande de alguien que sacrifica tanto? No nací para este deporte pero caí redondo por él.
Me acuerdo muy bien de mi primer entreno con ellos, fue subir a cristo rey desde el hotel Intercontinental, eran 18 kilómetros el recorrido total que se había planeado. No acabe, a duras penas llegue a la mitad y sentía que me iba a morir, pero me gustaba, había hecho algo que nunca antes se me hubiera cruzado por la cabeza, me separaba del resto, me sentía especial y único. Después de haber sufrido tanto ese día, me sentí invencible. Es algo que solo los que lo hacemos lo entendemos, entrenaba por las mañanas antes de ir al colegio, me levantaba sagradamente a las 4:15 am para ir a correr, ¿que otro loco hace eso? Corrí con mi vecino todo Cali, desde Chipichape hasta Jardín plaza, desde Cali hasta Palmira, Norte a Sur, Oeste a Este. En las mañanas pasábamos a los borrachos, indigentes, los taxistas nos gritaban que estábamos locos o que siguiéramos que ya casi lo alcanzamos, como si estuviéramos persiguiendo a alguien, pero cuando corremos no perseguimos a nadie, perseguimos el sueño de ser mejores, de crecer no solo como atletas pero como personas, no corremos por miedo a la muerte, no corremos para vivir más, corremos porque si no lo hiciéramos, estaríamos vacíos.
A decir verdad no sé porque lo hago, así pues me lo he preguntado en varias ocasiones, ¿Por qué como buen cristiano que se levanta a las 8 am para ir a la misa, me levanto yo a ir a sufrir? ¿Por qué no ser alguien normal y dormir hasta las 11 un domingo, o pasar un viernes con la familia o los amigos? Tal vez lo hago por mi hermano, porque lo admiro mucho porque es la persona más inteligente que conozco, porque es mi modelo a seguir y porque algún día quiero ser tan grande como él lo es, tal vez lo hago por mi mamá, porque es una tesa que lo ha dado todo por mí y por mi hermano, que se ha caído mil veces pero se ha parado mil y una para seguir adelante, tal vez lo haga por mi papá que nunca me vio correr y no me imagino su cara mirándome en un podio, porque quiero que mis hijos y mis nietos tengan a alguien a quien admirar y que se acuerden de mi como yo me acuerdo de mi papá, porque mi miedo más grande desde que se fue ha sido decepcionarlo y no hacer que el nombre Kuratomi valga algo , mi pregunta más grande y que me hago cada vez que termino una carrera es ¿Qué hubiera pensado él? Por eso no renuncio, por eso sacrifico todo por hacer algo que duele tanto, para que la próxima vez que me lo encuentre le pueda preguntar sin que se me olvide.
Con el tiempo me he dado cuenta que me he distanciado de muchas personas, he perdido matrimonios, funerales, fiestas, cumpleaños, celebraciones, comidas familiares, reuniones, he perdido tiempo con mis amigos, todo porque tenía que ir a correr y muchas veces me pregunto si va a valer la pena, si en cuarenta años tendré el valor para decir, valió la pena y estoy casi seguro que probablemente será un rotundo SI. Quiero que esto sirva para disculparme con todos ellos que alguna vez estuvieran cerca de mí y que poco a poco me distancie pues estoy seguro que hay varios que se sienten así. Espero que lean esto y se den cuenta de lo importante que ha sido para mí este deporte.
Es especial cuando corro, es mi tiempo, mi espacio, las cosas malas se van y mi mente esta en blanco, no extraño a nadie cuando corro, se me olvida que es sentir algo por alguien y me preocupo por mí mismo, escucho mi respiración, la constante presión sobre mis rodillas y los latidos de mi corazón que los puedo sentir hasta en los dedos de las manos, veo que la gente me mira y de seguro piensan que estoy loco, los taxistas me gritan, algunos carros me pitan otros se me atraviesan, pero voy conmigo mismo y con nadie más. A veces me siento solo, y es cierto que al atleta al momento de correr solo lo acompañan sus pensamientos y su soledad.
No creo que deje de correr en un muy buen tiempo, le agradezco profundamente a aquellos que estan ahí para apoyarme, a los que fueron a una competencia y gritaban mi nombre así llegara de ultimo. No importa cuánto me duela, no me importa que tan grande sea el sacrifico que tenga que hacer, lo seguiré haciendo sin importar que personas entren en mi vida o salgan porque he crecido, porque el atletismo me abrió los ojos, porque de la presión constante de mi entrenador, de todas las veces que me “puteo” y me saco la mismísima mierda he aprendido mucho.
No descalifico a los demás deportes pues todos dan algo de satisfacción, algo único, pero si considero que el atletismo es la base de todo, nacimos para correr y movernos rápido, para saltar o lanzar, no seriamos humanos sin esas habilidades por eso pienso que los atletas somos una combinación única de personas, de esas que aman el dolor y lo adoptan como su mejor amigo, los que sacrifican todo por unos momentos en la pista.
He creado muchos vínculos en este deporte, he conocido a personas increíbles y tuve el gusto de crecer dentro de lo que se es mi segunda familia pues he aprendido cosas que no hubiera aprendido ni en el colegio, ni siquiera en casa. Me enseñaron que era la humildad, que era el sacrificio, que era amar el dolor, estoy agradecido de poder haber crecido junto a ellos no solo como atleta pero como persona, hacía rato les quería gradecer pero no había encontrado la forma correcta, todos los que alguna vez corrieron o corren a mi lado, los que están ahí para ayudarme a levantarme del piso cuando ya no puedo caminar, cuando me duele la cabeza y estoy mareado de tanto correr, los que se paran en el borde del anden a gritar mi nombre o los que me escribían el día anterior deseándome lo mejor, les prometo que los guardare en un lugar especial de mi corazón, así ya no hable con ustedes o haya abandono sus vidas, les prometo, que hasta el día en que mis piernas ya no puedan con el peso de mi cuerpo, cuando mis brazos se rompan con el venir de mis pasos y que mi corazón ya no sea capaz de latir con la fuerza de antes, les prometo que me acordare de ustedes, pues de cada uno aprendí algo.
Ojala en 10 años pueda mirar este texto y acordarme de la persona que era, quiero que se acuerden de mi como yo me cuerdo de mi papá, como una persona de bien, luchadora, que se acuerden de mí no por lo que tuve, ni por lo que compre, no por lo bien que vivía pero por el bien de mis acciones. Que este texto sirva de testigo para lo que quiero ser, que el dolor y la satisfacción de correr me sigan hasta mi tumba. Sin importar cuantas veces me caiga, me parare todas las veces que sean necesarias, como he aprendido de mis dos familias.
Tal vez me extendí un poco más de lo que debí, pero me sobran palabras para expresar lo que siento por este deporte, les agradezco a los que lo leyeron y los invito, inténtelo una sola vez, salgan a correr, pónganse una meta, un destino, un tiempo, y acaben. Sentirán una satisfacción enorme y ojala encuentren lo que yo encontré.
Me doy cuenta que no necesito a nadie más, que el dolor y la soledad que trae la acción de correr han sido suficientes para mí, así no llegue a estar entre los mejores, así mi nombre solo suene en la ciudad o entre los vecinos. Me han abandonado personas que eran mucho para mí, así como yo he abandonado personas a las que les importaba mucho, pero así es la vida, así como nunca espere que un deporte fuera tan importante para mí, el gordo perezoso que nunca se quitaba la chaqueta, que locura pensar que ese gordo perezoso ha cambiado tanto, me siento orgulloso de mí mismo y espero con ansías lo que vendrá en el futuro, los diferentes desafíos y éxitos. Me he enamorado de un deporte.
Camilo Kuratomi