Cronica de un Ironman novato - JuanK Alfonso E.
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Quieren saber qué es lo más duro de un Ironman, ¡¡TODO!! y para alguien como yo que no tiene valoración clara sobre los proyectos deportivos en que se mete pues además TODO es SORPRENDENTEMENTE DURO.
Cuando mi Coach me insinuó sutilmente inscribirme al IM de Cozumel, sutilmente le saque el cuerpo, pero como buen Coach presionó y caí…caí, caí, caí…. Me dije a mi mismo, mi mismo, eso no debe ser tan duro, además si en cada carrera de esas se inscriben 2500 atletas, imposible que hayan 2500 atletas locos pensando sufrir lo mismo, al mismo tiempo y en cualquier parte del mundo donde haya la convención de atletas locos llamada IM.
Bueno, cuando llego el momento de entrenar para la dichosa carrera ¿16 semanas?, pensé ¡mamey!, 4 meses cuando he hecho deporte toda la vida, se pasan volando. Pues entre madrugadas a las 4:30 a.m., natación a las 8:00 p.m., Sábados y Domingos de placentero entrenamiento, estos 4 meses parecen 4 minutos, pero debajo del agua y sin oxigeno.
Creo que no es sano, sobre todo para aquellos que están pensando en meterse en una locura de estas, ahondar en el proceso de entrenamiento, se lo dejo para que cada quién lo disfrute a su manera, entonces pasemos a la carrera.
Cuando llegamos a Cozumel todo era IM, atletas entrenando, atletas comiendo, atletas en las tiendas, toda la gente pendiente de los atletas, en fin un paraíso de locos, solo risas, anécdotas, fotos, todo es felicidad y positivismo. Como marranito en vísperas de navidad, bien alimentadito y querido por todos, hice parte del festival.
Bueno, hablemos de los pequeños detalles que hacen de este Ironman especial, comencemos por partes, primero la natación. En un fantástico parque llamado Chankanaab se desarrollan los 3.800 metros que serian pan comido de no ser por un par de cositas especiales, para entrar al agua hay que votarse desde una plataforma como de 5 metros de alto (mas o menos de acuerdo al pánico escénico), a mí nadie me dijo durante el entrenamiento que tenía que sacar a flote los instintos suicidas, cuando después de semejante salto, las gafas afuera, medio litro de mar en la panza y el gorro volteado, uno se prepara a nadar, le empiezan a picar las piernas, los brazos, la nariz, mierda, ¿ya acido láctico?, pero si ni siquiera he comenzado, pues no, para mi no fue fácil identificar si eran aguamalas o tiburones en miniatura, lo que si garantizo es que su compañía estará a lo largo de toda la natación, entonces pensé, si salgo de esta estoy al otro lado, la Bici solo son 180Km en terreno plano según los organizadores y un poquito de viento, analicemos por partes, en primer lugar yo creo que los organizadores no montan bicicleta y que el recorrido lo hacen en moto o auto, por que lo de plano solamente se aplica para el 25% de la carrera, el resto es subida (para algunos falso plano, para mi SUBIDA), un sol infernal que se ve refrescado por un viento infernal, uno va tan despacio que puede hacer visita con los delfines, porque eso sí, lo que no tiene de fácil ese 75% del tramo de Bici, lo tiene de hermoso.
Faltando 15Km para terminar Bici empecé el proceso de planeación de la Maratón, ¿Será mejor caminar o gatear?, si camino no me maltrato las rodillas, pero que pena con el público y con mis compañeros de desgracia, si gateo corro el riesgo de daño físico irreversible y que me pase del tiempo límite para terminar, pensando en esto me descubrí sentado en una silla, poniéndome los tenis, con una chica exuberante untándome bloqueador (jeje mentira), comiéndome un banano y de regreso a la realidad, 42Km de sufrimiento, largo y continuo, a esas alturas solo me quedaba el orgullo y la esperanza de terminar dentro del límite de 17 horas, comencé a correr como corresponde, lento pero inseguro, pero al avanzar los Km fui ganando paso y fui ganando confianza, alegría y entusiasmo, aquí se aplico el dicho de que “Dios aprieta pero no ahorca”, en una disciplina que no es mi fuerte encontré la redención de mi IM, recuperé mi autoestima deportiva y logre un paso más que aceptable para mi costumbre que me llevo a la meta con un tiempo de 4h 49m en Maratón y con 13h 32m en la prueba completa, increíblemente fueron los 42Km más felices de mi vida, que se vieron magnificados con mi entrada triunfal a Meta, un JUAN CARLOS ALFONSO FROM COLOMBIA y un “YOU ARE AN IRONMAN”, la medalla como de kilo y medio (esa fue la sensación de peso en mi cuello), la alegría de los amigos que llegaron primero, la expectativa de los que vienen atrás y la energía de los que desde sus casas nos siguieron todo el día y sintieron la misma alegría de pasar la meta con cada uno de nosotros, ahora estoy seguro que esta locura colectiva no tiene cura, que ya se me contagio y que año tras año buscare encontrarme con ese grupito limitado de locos que están dispuestos a dejar un pedazo de su cuerpo y de su corazón en cada lugar del mundo donde alguien grite “YOU ARE AN IRONMAN”.
JuanK Alfonso E.