Una oda a correr - Tatiana Acevedo
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Gracias por hacer de cada día una oportunidad para correr, por llenarnos de inspiración y motivación con sus posts. Soy seguidora fiel e igualmente una apasionada por correr, una artista en formación y un intento de poeta; entre tanto que he escrito, los mejores momentos para la inspiración los he hallado después de correr, y sin darle poca relevancia he dedicado uno de esos momentos donde la inspiración me acompaña a la pasión ferviente por mover los pies, a ese signo primitivo que algunos niegan y que otros disfrutamos latentemente con el pasar de cada kilometro. Así que por tanto quisiera compartir con ustedes uno de mis escritos, una oda a correr! gracias!
ODA A CORRER
“Encuentra lo que amas y deja que te mate”
Fundirse con el suelo, volverse el pavimento, un entrecuerpo que se vuelve el cuerpo, una huella, marcas de guerra, el cuerpo encarna su travesía cotidiana, una lucha interna que se vuelve estrafalaria.
El mundo mientras corres se transforma en la existencia sublimada y divinizada, en su propia profecía sobrenatural. Da una entrada a otro mundo que existe allí en la conciencia de quienes lo practican, un mundo que se puede ver con los ojos abiertos, es momento por momento sentir la existencia desnuda.
Intensamente era nada mas, y nada menos, que lo que eran, una transitorialidad que era sin embargo vida eterna, un perpetuo padecimiento que era al mismo tiempo puro ser, un puñado de particularidades insignicantes y únicas en las que cabia ver, por una indecible y sin embargo evidente paradoja, la divina fuente de toda existencia.(Huxley, Aldous. (1956).«Las puertas de percepción». En: www.kartasis.rottemas.com.(11/02/2011)
Una transitorialidad donde es posible sentir que se posee la vida eterna en medio del padecimiento del cuerpo, que al mismo tiempo es puro ser, pura vida, una indecible y sin embargo evidente paradoja de la divina fuente de la existencia. Alli la mente obtiene su percepción en medio de la intensidad de la practica y pierde su predominio corporal, al ser o mejor dicho al no ser.
Se aprende a vivir en medio del dolor, y mas que a vivir en el se aprende a amarlo, se vuelve un entrecuerpo, se erotiza, este lo seduce, se logra obtener una sensación de poder al aprender a soportarlo, es similar o igual al sentir que nada es imposible que todo es dominado por tus propias manos, o en este caso por tus propios pies.
Pelear contra la corriente del viento en la mañana se vuelve una labor cotidiana, soportar el sol sin necesidad parcial de agua, escuchar el ritmo que generan los pasos en la carretera y luchar con quienes en tu camino se atraviesan. Nos trasformamos en almas seducidas por el poder de los pies, por la sensación de las sustancias segregadas por el cuerpo, una adiccion a las endornas, un placer excitante que solo se logra cruzando el limite del cansancio corporal y viendo la calle a diario como un campo de batalla, donde se es el arma por el carácter y la fuerza que el cuerpo maniesta y encarna.
Es la evidencia de la pulsión thanática en todo su furor y esencia, es allí donde se desfogan las represiones, un orgasmo trascendental, es el alma y el cuerpo dejando salir su instinto animal a la realidad.
Tatiana Acevedo