Una Atleta Vegetariana - Natalia Vélez-Guerrero
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Les había comentado que hablaría acerca de la alimentación que he llevado en este período de entrenamiento. Como vegetariana, la cuestión resulta un poco exigente, pero ya he aprendido y he mejorado mucho.
Primero hagamos un resumen rápido de la semana y luego vamos al grano. Esta semana todo salió como lo planeado y hay dos cosas para resaltar que me compensar el ligero dolor muscular que he mantenido en las piernas, incluso esta semana voy a tomar un día extra de descanso.
- Por fin logré nadar una milla (1600 metros) en la piscina del gimnasio, no tengo ni idea cuánto me demoré porque me había enfocado en la distancia y no en el tiempo, descansé 1 minuto por cada 400 metros. Aún recuerdo que cuando comencé descansaba 1 minuto cada 100 metros; lo máximo que hacía eran 500 mts. y luego caía rendida a dormir. No ha sido fácil, me he tardado casi un año en lograrlo y súmenle que sólo voy una vez a la semana a nadar, máximo dos.
- Jota me acompañó el jueves a trotar en la madrugada (5 a.m.) y me sorprendió corriendo por primera vez 4 millas! y no contento, el viernes nadó media milla (800 mts). Me dejó boquiabierta y feliz! Yo me casé con un artista marcial y ahora me resultó atleta. Así calladito como lo conocen, anda entrenando secretamente para una triatlón.
Ahora sí con respecto a la nutrición, cabe recordar que soy vegetariana y con una fuerte intolerancia a la lactosa. Aclaro que no hago dietas de ninguna clase, como helado una o dos veces a la semana, pizza y/o hamburguesa según el antojo. Trato de no comer nada frito porque la hipocondriasis no me lo permite: ¿qué tal que se me tape una arteria?
Jota y yo cocinamos la mayor parte de las comidas en la casa. Nada de comprar platos congelados, enlatados o procesados. Casi no consumimos azúcar, cero gaseosas o café, no sabemos ni preparar un tinto. Desde hace 3 años hicimos el cambio a arroz integral y ya nos acostumbramos tanto que hasta el arroz de coco está aprobado por el costeño de la casa! Uno de mis objetivos al cumplir 30 años fue cambiar a la pasta también de grano entero y eso ya es prueba superada. Como latinos, crecimos con arroz blanco y con la consigna de que el arroz integral es muy duro. Son cambios que no se pueden hacer de un día para otro, cuesta mucho trabajo deshacerse de los sabores que la memoria y la cultura nos dicen que son los mejores, es un proceso de re-aprendizaje y de conciencia. Mi maestro de Shaolín decía que cuando uno sabía que algo era lo correcto, tenía que empezar a hacerlo así fuera a disgusto, que con el tiempo aparecía el gusto. Muy cierto!
Así las cosas, para trotar la nutrición es específica, pero igual a cualquier otro tipo de deporte.
Antes de correr: Para los días que corro de 30 a 60 minutos (3 a 6 millas) en la mañana, puedo no desayunar o solo comerme un banano. Cuando corro por la tarde, trato de desayunar algo suave, ya sea avena, galletas integrales con un licuado de frutas, yogurt con granola, dos huevos revueltos. Ya los días en que corro más de 80 minutos (8/9 millas) en la mañana sí me levanto una hora antes y como sánduche de pan integral o bagel con mantequilla de almendras (almond butter) y mermelada. Como les había comentado, el día anterior a una corrida larga, es recomendable consumir alimentos ricos en carbohidratos, como la pasta o la pizza (ojalá no muy grasosa).
Durante: Sí, durante la trotada se puede comer y según la distancia a recorrer, más que un lujo, es una obligación para así asegurar un buen desempeño. Cuando corro menos de 60 minutos no como nada. Pero si son 70 o más, comienzo a comer gomitas con electrolitos cada 20 minutos. Uso unos especiales hechos con miel pues es un azúcar que se digiere más lentamente y el efecto es más prolongado. También se puede comer banano o compotas de frutas, pan y/o galletas de sal. Estas opciones son recomendables acompañadas de una hidratación que contenga electrolitos.
Después de correr: (Nada mejor que un vaso de Milo en leche de soya, la dosis perfecta de carbohidratos y proteínas). Lo ideal después de correr es consumir proteínas que ayuden a la rápida reparación muscular, en mi caso, recurro al tofu, los huevos, la quinoa, la combinación perfecta de fríjol/maíz, lenteja/arroz, garbanzo/trigo que contienen como el yin y el yang, la completa dosis de aminoácidos requeridos por el cuerpo. Cabe mencionar la proteína que le echo a los licuados de frutas que aunque me dé pena decirlo, es proteína de cáñamo (semilla de cannabis). Ha resultado buenísima por ser de origen vegetal y orgánica.
Para el día de la MM no tengo ningún plan especial, la idea es comer lo que he venido comiendo durante el entrenamiento. Aunque sí me tiene pensando es que los restaurantes italianos en San Francisco van a estar súper ocupados todo el fin de semana de la carrera con casi 20.000 corredores participando. No sé dónde vamos a comer la noche del sábado.
Natalia Vélez-Guerrero
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