Correr: Meditación en Movimiento - Natalia Vélez-Guerrero
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Correr, como toda meditación de verdad, empieza así: Ay me duelen los pies. Me pesan las piernas. Tengo sed. Pero por qué estoy respirando tan fuerte si acabo de empezar y voy suave. Tengo sed. Será que ya llevo una milla? Me falta harto pa’ tomar agua. Mejor tomo un poquito. No mejor, no. Qué tal que no me alcance. Este zapato me talla. Tengo calor. Tengo calor, quiero agua. 1 milla hasta ahora? 10 minutos, 56 segundos? Uy voy lento. No, pero mejor sigo así porque tengo que guardar energía pa’ las ultimas millas. Me duele la pantorrilla. Tengo sed. Pobre Yepes… ese sí era gol! A ver pongo música pa’ distraerme. The Way You Make Me Feel – Michael Jackson. Tara rara rará … Go girl! Tengo que escribir una entrada especial para responderle la pregunta a Luisa Vásquez. Good morning! Ay se me había olvidado saludar hoy. Morning!!! Ah esos ciclistas nunca saludan. Segunda milla! 10 minutos 45 segundos! Bien! Voy más rápido. Good morning! Qué pereza tener perro y sacarlo a las 7:30 am todos los dias. Good morning! Y quién me dice a mí que lo saca todos los días? Sin juzgar… Nada que aprendes… Por qué cuesta tanto dejar de juzgar? Todo el mundo juzga. Ya sé ya sé no ‘todo el mundo’… Bueno ya… Pensemos en otra cosa. Voy bien de aire. Tengo sed. Ay ya puedo tomar agua! AGUAAAA!!! Uff! Good morning! Está muy alto el volumen. Chandelier – Sia!!! La canción de Jean, hace rato no hablo con él. Esta semana lo llamo. Milla 3. Sigue muy alto el volumen. Así mejor. Aich, no escuché en cuánto hice la milla. Bueno, pero ya llevo media hora! A ver qué voy a cocinar esta semana. Hace rato q no hago torta de espinacas. Voy a hacerla el lunes, el martes, fríjoles negros; miercoles, lentejas; jueves, arroz con verduras… Me tengo que comer las gomitas, jajajajaja no me acordaba… Milla 5, 10 minutos 21 segundos. Voy más rápido. Agua! ¿Cuál será la diferencia entre criticar y juzgar? Ninguna! Son la misma vaina. No sirven para nada. Inhala, exhala. Pies rectos. Ya no me duele la pantorrilla. Eso que siento en el dedo gordo del pie es una piedrita en el zapato? Jajajaja Fijo es arena y yo la siento como una roca gigante. Está muy duro la música, mejor la apago. Milla 6. Me falta la mitad. A ver me doy la vuelta pa’ volver al Rose Bowl. … … Milla 8. Ay no escuché cuánto llevo. … Milla 10 … Milla 11… Uy y esa loma que viene ahí de dónde salió, a qué horas la bajé que no me dí cuenta? Qué duro correr en subida! 1 hora 51 minutos, 45 segundos! Sólo falta 1 milla. 10 minutos. Yo puedo con 10 minutos! Si ya llevo casi dos horas!!!! Ahí está el estadioooo! Milla 12!!!! I did it!
Imagen tomada de www.theguardian.com
Lo que pasa entre la milla 6 y la 11 es el enigma de la meditación. Ese momento que no recuerdo al final de la trotada, cuando ya no escucho la voz de la aplicación en el cel que me dice cuánto llevo en tiempo y distancia. Cuando dejo de meta-analizar lo que siento y pienso para escribirlo en este blog y sólo me quedo en el aquí y el ahora. Cuando solo me importa seguir poniendo los pies correctamente en el piso a cada paso y respirar con calma para economizar mi energía. No tengo ni idea qué pasa por mi mente en ese trayecto, sólo sé que es el estado de meditación del que tanto me hablaba mi Maestra de Shaolín. Ese estado que yo pretendía conseguir con 10 minutos sentada en posición de loto o diamante a los 20 años, hoy, 10 años después, lo consigo luego de mínimo una hora corriendo por la calle. Ya lo decía mi padre: “la verdadera soledad se consigue estando afuera entre la multitud”.
Para muchos de mis amigos, incluso para Jota, correr resulta aburrido, monótono y como sin sentido. Es como que no vas a ninguna parte, corres pa’ un lado y te devuelves al mismo sitio, y si se corre dándole vueltas a un parque es peor. Una y otra vez ves las mismas cosas. No lo puedo negar. Es así, pero cono el tiempo se vuelve un disfrute todo el tiempo. La soledad, la paz y la tranquilidad se vuelven permanentes y llegar a ese estado de vacío cada vez es más fácil. Cuando comencé a correr todas esas cosas me pasaban por la mente, pero sentía que tenía que seguir corriendo; que tenía que enfocarme en la forma de correr (posición de los pies, el movimiento de cadera, los hombros relajados y las manos como sosteniendo huevos) y en mi respiración, profunda y rítmica. Sentía que al correr tenía que dejar atrás la sed, el dolor fantasma y las mil frases desmotivantes que me lanzaba a mí misma. Esa es la meta principal de las posturas de meditación, pasar por encima de todo eso y respirar. Y poco a poco lo he logrado.
Hace tan sólo 4 meses, lo máximo que podía correr eran 6 millas, 60 minutos, no me cabía en la cabeza que pudiera correr el doble y participar en una media maratón. Pagué la inscripción en Marzo porque creo en mí, porque sé que tengo un cuerpo sano y una mente sana y porque sé que si hay otras personas que lo logran, entonces yo podré lograrlo siendo juiciosa con mi entrenamiento. Eso he hecho y he visto el avance. He visto como he mejorado y aquí estoy, a una semana de correr 13.1 millas, 21 kilómetros. Feliz y segura de mí misma, contando con el apoyo de mi familia y de mis amigos. No es fácil, pero de que se puede, se puede y como dice mi madre: ‘la constancia vence, lo que la dicha no alcanza”.
Y ustedes ¿Han intentado meditar? ¿Les ha parecido fácil y han tenido éxito o como yo, se han estrellado con la forma idealizada de meditación? Cuéntenme qué experiencias han tenido. Abrazos!
Natalia Vélez-Guerrero
http://www.navegueruns.com/