Corre sin miedo, corre con tu mente - María Cruz Gómez
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El día que se me ocurrió emprender mi primera carrera fue ¡espectacular! Cómo se dio el momento, cómo se dio todo. Fue en la media maratón de Bogotá del año 2010, corrí la 10k de una manera totalmente inusual, cero entrenamiento, aunque asistía con frecuencia al gimnasio y practicaba spinning, no era suficiente para arrancar de una. Siempre me había llamado la atención correr una maratón.
Mi viaje a Bogotá se dio para cuidar a mi nieto Antonio ya que mi hija viajaba. Llegué un viernes en la noche y el sábado a las 5 de la tarde me di cuenta de que al día siguiente se corría la media maratón, todo estaba en mi contra para hacerlo, ya se habían cerrado las inscripciones y todos me decían que ya no alcanzaba, sin embargo, mi yerno Andrés me apoyó en el intento, y mi hijo Hernando me llevó a la entrega de kits. La fila era interminable y ya no habían inscripciones, los presentes gritábamos, yo decía que llegaba desde Barranquilla a reclamar el kit que había pagado por internet, mostrando un recibo cualquiera de un banco, gritando que iba a traer las cámaras de televisión; por supuesto era una estrategia para que me atendieran y comprarlo en ese momento. Cuando finalmente nos dieron entrada para ver qué se podía hacer, con tanta algarabía que yo había hecho me atendieron de primera, miré fijamente al organizador y le dije: “señor deme un kit yo le puedo pagar ya mismo, yo siempre he soñado con participar ayúdeme, si quiere solo deme el número y el chip”, ahí mismo el señor, escuchando todo lo que había hecho para lograr llegar a ese punto, me entregó el kit completo. Yo no cabía de la emoción. A partir de ese momento no pensaba sino en el momento del arranque.
Partía a las 8 de la mañana, me levanté a las 5 am y desayuné un exquisito y grande plato de pasta que me preparó mi yerno Andrés, él me acompañó hasta la Plaza de Bolívar con mi nietecito de 10 meses, después los volví a ver con mi hija al pasar cerca de su casa, me dio mucha alegría verlos, yo le grité: “¡Antonio! tírame un paso”, era un disco que le cantaba cuando estaba chiquito. Por la inexperiencia corrí con unas botas Reebok súper pesadas, ese día llovió bastante y las botas se llenaron de agua, cuando corría solo pensaba en poder llegar a la meta, me motivaba muchísimo cada metro que avanzaba, no podía creerlo, iba a estar unos días disfrutando de mi nieto, solo pensaba en eso y en llegar a la meta, por lo que no sentía el agua en las botas.
Any me espero en la meta.
Cuando pasé la meta, 2 horas 4 minutos, sentía como si hubiera llegado al pico más alto, los “viva” de la gente y la música en el camino constituyeron una gran motivación. Cada vez que encontraba un grupo musical o un parlante bailaba, la gente me motivaba bastante, también sentía como si mi nieto Antonio estuviera grande y viéndome en el recorrido. Ya casi al final me sobrepasó una artista de televisión (flaca, larga) y eso me dio frescura, pensé: “¡anda! no voy tan mal”, el recorrido lo hice corriendo y combinándolo con pasos largos. Al finalizar y en medio de la lluvia pensé que le iba a quedar mal a mi hija por la cambambería de la carrera, ya que una de las razones por las que ella no quería que yo corriera era porque tenía que estar en el aeropuerto a las 2 pm y decía que yo no iba a llegar a tiempo. Entonces cogí un taxi y le dije al taxista muy feliz: “Señor yo acabo de terminar una maratón pero ahora empiezo otra, mi hija tiene que estar en el aeropuerto ya mismo, por favor corra”. Bien, llegué a tiempo y ella se fue en el mismo taxi, realmente no recuerdo mucho el cansancio en ese momento pero si el de el día siguiente.
A partir de ese momento he querido correr cuanta maratón anuncian. Ya llevo tres Medias Maratones de Bogotá, tres San Silvestre de Barranquilla, como tres más 10 k en Barranquilla de Bodytech y Fenalco y una 5 k en la que quedé de segunda en mi grupo.
Segundo Puesto.
Mi lema es: “Todo lo que te propongas lo vas a lograr, todos tus sueños puedes realizarlos con un poquito de impulso y principalmente borrando la palabra miedo de tu mente”. Simplemente es atreverse. Correr es lo mejor que me ha podido pasar en esta etapa de mi vida. Me lancé a esa primera maratón como un reto a mi misma, un reto a demostrarme que tanto podía alcanzar, la principal motivación fue mi nieto Antonio, como si se lo hubiera prometido a él. He seguido corriendo por todos los beneficios sentidos, parece un cliché, pero cuando empiezas ya nadie te para, siento que si paro mi salud va a cambiar y lógicamente también quiero mantenerme en buen estado físico, siento que a pesar de la edad he mejorado, la felicidad que se siente cada amanecer al terminar un entrenamiento es algo que disfruto día a día, la agilidad física y mental es INCOMPARABLE, poder jugar con mis nietos en este momento y porque no un día correr con ANTONIO, de tres años; GABRIEL, de 6 meses, y ALEJANDRO que nace en febrero. Darles lo mejor de mí físicamente me mantiene corriendo a diario, ellos me halan cada uno con una cuerda diferente, me llevan hasta la meta en cada maratón que participo. Siempre que corro en Bogotá me han esperado en la meta mi hijo con su esposa Ana María, el abrazo cuando se llega a la meta es muy gratificante. La última que acabo de correr, la 10k Barranquilla Corre, se la dediqué a mi nieto Alejandro y me acompañó mi yerno Andrés, así que Alejandro ya tiene su medalla de la maratón que corrió su abuelita por él.
Mi hija menor se enrumbó en el tema y ya corrió una 5k en Nashville, Estados Unidos, algo que me hace muy feliz. Un día correremos las dos la de Nueva York.
No conozco los calambres, ni dolor en las rodillas ni en la espalda. Mi postura ha mejorado, desapareció el espasmo que mantenía en el cuello. Debo mejorar en velocidad y entrenar más.
Media Maratón de Bogotá con Any.
Para empezar a correr es mejor no pensarlo y arrancar!
SOY FELIZ CORRIENDO.
María Cruz Gómez.