Y el gran día llegó. "Mente, Corazón, Espíritu" - Carlos Alberto Rodríguez
- Detalles
Y el gran día llego; sábado 3 de diciembre de 2011; mi reloj biológico no me fallo y me desperté a las 4:03 de la mañana minutos antes de que me llamara mi hermosa Peckas, para desearme éxitos y darme valor con dos palabras, ”TE AMO” en esos instantes pensaba en mi familia, con mi madre nerviosa y mi papá intentando tranquilizarla, pero juntos orando para que me fuera bien, de igual manera realicé una oración para que Dios me bendiga con fortaleza y cuide de todos los triatletas que íbamos a participar en esta triathlon de larga distancia en el municipio de Calima el Darien. Tome todos los elementos necesarios que había alistado la noche anterior y me dirigí al sitio de competencia; ya en el parque de bicicletas los nervios me invadían mientras ubicaba los tenis, la bici, el agua y una ración de manzana y galletas para consumir en la segunda transición. Faltando 20 minutos para la partida me dirigí al lago no sin antes desayunar ligeramente con un banano, una manzana, galleticas y agua.
Llegue a la orilla y divise el paisaje hermoso del lago Calima en madrugada, el agua estaba fría por el invierno de todo el país pero yo contrarreste esto repitiéndo mentalmente, “ la natación va a ser como un baño refrescante”; así que nade algunos metros como calentamiento hasta que el juez dijo que faltaban dos minutos para la largada; suena el silbato y los nervios se van, trate de dosificar esfuerzos porque tenía claro que la jornada seria larga, así que no me importaba si había gente delante de mí, sin embargo no me podía descuidar ya que no quería ser alcanzado por el tiempo límite. Termine la natación en 45 minutos, 2 más que en los entrenos pero me parecía bien, teniendo en cuenta la diferencia de la piscina donde no hay oleaje y se puede observar el fondo. Salí del agua con suficiente energía para subir corriendo 200 metros incluyendo unas 60 gradas hasta llegar a la primera transición, rápidamente me quite el gorro y las gafas para emprender el circuito de ciclismo; en la primera vuelta marque un buen tiempo, siempre dosificando esfuerzos porque eran nada más que 90 kilómetros, debajo del sillín de la bici había provisto un practico bolcito en donde guarde un neumático de reserva, 3 bocadillos beleños y un paquete de galletas, los cuales iba a consumir de a uno como premio cada 15 kilómetros; todo marchaba bien debido a que los tiempos parciales eran mejores a los del entrenamiento y esto me motivaba como también lo hacían los cortos saludos por parte de los demás triatletas y palabras como, “animo, vamos, bien, campeón…” ; ya en el kilómetro 70 solo contaba con un veleño y el hambre más el esfuerzo de aproximadamente 3 horas hacían su efecto, pero mentalmente me dije, “solo faltan 20” así que continúe rodando ahora un poquitín más lento sin embargo lo importante era seguir avanzando con la gran fortuna de no tener ningún percance mecánico.
Por fin termine el paseíto en bici registrando un tiempo de 2 horas y 51 minutos mejorando 14 minutos con relación a los entrenos; colgué la máquina, me quite el casco, me coloque los tenis y agarre una bolsita mágica llena con una fórmula secreta para quedar como nuevo; no mentiras lo que contenía en su interior era simplemente otro paquete de galletas y una manzana que comería un poco cada 10 minutos; no me lo creerán pero fue la mejor manzana que he probado, cada mordisco iba acompañado de ese delicioso sumo que se desprende al masticarla, el cual me refrescaba desde la boca hasta la garganta y porque no decirlo todo el organismo; recibí toda el agua que pude en cada uno de los sitios de hidratación lo que fue clave para esa media maratón. En el kilómetro 5 había sobrepasado a unos 8 guerreros y el tiempo era bueno, además me sentía bien físicamente; seguí corriendo cuando empecé a sentir ardor en el empeine de cada uno de mis pies el cual se iría acrecentando, lo que me hiso colocar un poco de mal humor por no haber utilizado medias, no obstante gracias al poder mental y la adrenalina que fluía por la actividad física pude soportar el dolor sin recurrir a la disminución del buen ritmo de carrera; era el kilómetro 11 y decidí aligerar progresivamente el paso sin embargo todavía faltaba mucho camino por recorrer y aunque continuaba sobrepasando a varios competidores no podía descuidarme y dejarme invadir por la emoción entonces cada vez que percibía una exageración utilizaba el dialogo interior conmigo haciéndome un interrogante: ¿quieres terminar o quedar terminado? Esto me sirvió mucho ya que logre conservar la mesura.
Cuando iba por el kilómetro 18 y con energía suficiente para recorrer los últimos 3 nuevamente la emoción invadía mi corazón y por un instante sentí ganas de llorar pero seguí adelante hasta que observe a lo lejos el gran letrero de “ BIENVENIDOS A DARIEN” ; en ese trayecto adelanté a dos guerreros más y de esta manera ingrese al pueblo donde voces de aliento se escuchaban por parte de los habitantes, cuando me faltaban 200 metros para la meta anunciaron mi nombre por alta voz; iba registrando un tiempo de 1 hora y 34 minutos en el atletismo y 5 horas 18 minutos de acumulado, con esta gran bienvenida cruce la meta agradeciendo a Dios por permitirme lograr este sueño con éxito, a mis padres por su formación integral, esfuerzos y sacrificios para ser un hombre de bien y mi novia que desde la distancia siempre me apoyo. Las lágrimas fueron inevitables porque me di cuenta una vez más que uno nunca está solo, que siempre hay un ser supremo cuidando de nosotros gracias a las oraciones de nuestros seres queridos; así mismo comprendí que cualquier cosa que nos propongamos la podemos lograr, cuando lo hacemos con pasión y con equilibrio entre “ MENTE, CORAZON Y ESPIRITU”.
Carlos Alberto Rodriguez