juancamacho2017

porque corre

Juan Camacho
Colombia
33 años
No. Runner Red de Corredores: #247


¿A qué te dedicas?
Cada vez que me hacen esta pregunta debo recordar el error semántico en el que caemos a diario los seres humanos al responder este cuestionamiento. Generalmente respondemos con “Yo soy… seguido del oficio o trabajo que realizamos”. Yo me dedico a VIVIR. Como todo ser humano, me dedico a dormir, a alimentarme, a ejercitar y cuidar de mi cuerpo y mi mente, a relacionarme con los demás, a trabajar para proveerme de techo, alimento y ropa, a buscar o tener una relación de pareja y por supuesto, a cada una de esas actividades que nos recuerdan que somos seres humanos y que a su vez, nos diferencian del resto de seres vivos, actividades conscientes que me permiten escribir en este momento que me dedico a vivir la experiencia humana. Resumiendo un poco, puedo afirmar con hechos que me dedico a descansar, viajar, cocinar, hablar, sembrar, correr, respirar, nadar, leer, amar, ayudar, escuchar, sentir, comer, pensar, abrazar y un sinnúmero de actividades más que van apareciendo y cambiando con el día a día.

¿Hace cuánto tiempo empezaste a correr?
Correr es algo que hacemos todos desde muy pequeños sin siquiera preguntarnos por qué lo hacemos, desde que era niño me interesé por los deportes y la actividad física, supongo que mi inconsciente recibía el mensaje en forma de endorfinas que generaba sonrisas y un estado de felicidad momentáneo que otras actividades no emitían. El fútbol me acompañó durante la mayor parte de mi vida, fue mi refugio, mi mejor amigo y mi primera adicción desde muy temprana edad, y los entrenamientos, tanto en el colegio, como en Millonarios, suponían largas sesiones de trote, que para ser sincero, eran la parte que menos me gustaba de cada entrenamiento, yo sólo quería patear el balón y sentir que hacía parte de un equipo que me reconocía, saber que hacía parte de una “manada” y que era bueno para algo.

¿Qué te motivo a empezar a correr? ¿Algún hecho en especial? 
Hace unos 6 años, faltando tan sólo 8 días para terminar un proceso de rehabilitación por alcohol y drogas, sufrí una fractura trimaleolar en el pie derecho, es decir, me resbalé en un piso húmedo y me partí el tobillo, la tibia y el peroné. Seguramente la vida me estaba queriendo decir que aún no estaba listo para “reinsertarme” a la sociedad y debía quedarme en cama durante 6 meses más, aprender a caminar desde cero ayudado por muletas o bastones, y además, regresar a vivir a casa de mis padres así no me fuese muy llamativa la opción y de donde ya había salido hacía varios años. Fue así como después de varios meses de terapia decidí continuar con mi recuperación en un gimnasio, aprendiendo que nunca debemos decir nunca, siempre renegué de la opción de encerrarme a hacer deporte dentro de cuatro paredes sin aprovechar el oxígeno que nos dan los árboles, como dice alguien por ahí, algo no está bien con una sociedad que va al gimnasio en auto para montar en una bicicleta estática. Fueron meses corriendo en una máquina, viéndome en un espejo o viendo a otros tantos conectados a su música, siguiendo rutinas y preocupados por cómo se veían en lugar de lo que hacían. Tan pronto recibí el “permiso” médico, empecé a correr en los parques, en las calles y en cualquier lugar que viera posible moverme sin sentirme encerrado en una cama o un gimnasio.

¿Qué piensa tu familia y tus amigos de tu afición?
Afición por correr lo mismo que piensan de todo lo que hago: que estoy completamente loco. Son pocas las personas que se han sentado o parado al lado a ver lo que soy capaz de hacer al correr, en junio de 2016 tuve la oportunidad de ganar la categoría abierta en la Santa Marta 10K, ese día me di cuenta que no sólo mi familia y mis amigos me juzgan por hacer lo que hago, tan pronto subí a la tarima comenzaron los comentarios a mi alrededor, nadie podía creer que alguien con el pelo largo y barba hubiese podido ganarle al resto de mortales que habían corrido a su lado, seguro habrá hecho trampa o lo habrá hecho dopado se podrán haber imaginado. Por la forma en la que me veo y por el estilo de vida pseudo-nómada que llevo, he tenido que lidiar con los prejuicios de todo el mundo, para la gran mayoría de las personas que me rodean, yo no debería estar corriendo sino sentado en una oficina o en el trabajo que sea, desde que sea produciendo dinero. Así que he llegado hasta aquí solo, sin apoyo de mis padres, de mis amigos, ni de nadie, quizá en alguna carrera me acompañaron pero seguramente llegar en el puesto 30 o 50 entre miles de personas para ellos no dice nada, si no me pagan por hacerlo, no sirve de nada.

¿Corres en compañia de alguien o prefieres hacerlo solo? ¿Cómo ha sido tu experiencia?
Desde hace 3 años que empecé a correr por cada lugar al que voy, he convertido cada sesión de ejercicio en un ritual de ofrenda para la vida. Estudié antropología en la universidad de los Andes, trabajé en el Museo del Oro durante varios años y he tenido la oportunidad de viajar y compartir con diversos grupos humanos en este y varios países del mundo. De los indígenas aprendí que en la vida se debe mantener un equilibrio en todo lo que se hace, si recibes vida, devuelves vida, si recibes alimento, devuelves alimento, si recibes algo, das algo, sencillo. Este es uno de los pilares en mi entrenamiento, no suelo llevar tiempo ni cuento con un reloj o gps que lo haga por mí, simplemente salgo a correr a devolver vida por vida, hasta donde me acuerdo, toda la vida me repitieron en todos lados que “el deporte es vida”. Intenté armar un grupo de corredores alguna vez pero al mechudo, como ya mencioné, nadie le copia. Llevo viajando por Colombia por más de 5 años ahora, sin tener un lugar de residencia, sin celular y cambiando de techo y compañía todo el tiempo, esto me ha impedido compartir con otros corredores la experiencia de correr en grupo, pero debo confesar que me encantaría hacerlo, quizá algún día me quede quieto en un lugar y pueda hacer parte de una nueva “manada”.

¿Cuál fue tu primera carrera?
Mayo 31 de 2015, casual o causalmente fue la misma Santa Marta 10k que en 2016 me recibiría de vuelta en el podio y la misma que espero me reciba este año después de una lesión que me ha impedido correr los últimos 5 meses. En este momento llevo acumuladas 11 carreras en 10 ciudades diferentes, los últimos 2 años he tenido la oportunidad de correr 2 medias maratones y 9 carreras de 10K más. Recuerdo que ese día sólo quería correr, por primera vez veía que la mayoría de participantes estaban acompañados, algunos por su familia, amigos o parejas, otros por su grupo de corredores pero en general, se sentía un ambiente festivo alrededor. Finalicé 6to en la categoría abierta, nada mal para ser un completo novato y por supuesto, quería llegar a casa a averiguar cuándo y dónde era la siguiente carrera y sin duda alguna, supe que quería seguir corriendo toda mi vida.

¿Cuál es tu sueño como corredor? ¿A dónde quieres llegar? ¿Qué planes tienes?
Mi sueño como corredor es participar en unos Juegos Olímpicos y correr por todo el planeta hasta que pase a mejor vida, lo más lindo de este deporte es que la edad no es un impedimento a diferencia de muchos otros donde a los 30 años ya estás “viejo”. Quiero poder llevar un mensaje de igualdad y cambio a todo el planeta, correr me ha ayudado en muchas formas y me gustaría ayudarle a la gente a correr y cambiar lo que sea que quieran cambiar en sus vidas. No hago planes a largo plazo, mi vida se trata más de ir creando el camino, planeo eso sí, seguir corriendo no sólo por cada rincón de Colombia sino eventualmente ir a correr en otros países, no para representar a mi país, ya que no poseo ninguno y considero que las fronteras son las principales generadoras de violencia, sino para mostrar que correr es algo humano, algo de y para todos.

¿Alguna carrera en especial que te haya gustado y que recuerdes?
Recuerdo mucho el ¼ de Maratón FCV en Bucaramanga. Estaba atravesando por varias situaciones difíciles en mi vida y desde el kilómetro 3 o 4 mi cabeza empezó a decirme que frenara, que me detuviera, me tendiera en el pavimento y empezará a hacer cualquier tipo de lloriqueo que me excusara, ante no sé quién, de no haber terminado la carrera. Había iniciado muy bien la carrera, algo más de 18 mins. los primeros 5k, tenía muchas expectativas por hacer un buen papel, recuerdo que en esa ocasión me permitieron calentar con los élite y eso me motivó a poner más de mí. Finalmente terminé la carrera, llegué en el puesto 19 y a pesar de que mi cerebro inconsciente, ayudado por el cansancio y el recuerdo de todas las situaciones previas, me insistía en parar, lo pude vencer y terminar la carrera. Como ya era costumbre, en la meta no había nadie esperándome para contarle por todo lo que había pasado en esos 40 minutos que acababa de vivir, pero me fui con la frente en alto y con una historia más por contar cuando realmente esté viejo.

¿A dónde te gusta ir a entrenar? 
Qué mejor lugar para entrenar que todo el planeta? Como he dicho ya un par de veces, mi vida consiste en moverse, en andar. En estos últimos años he tenido la oportunidad de agradecerle a la vida el hecho de estar vivo, o de entrenar, para quienes no leyeron las otras preguntas, en incontables lugares espectaculares a lo largo y ancho de Colombia, he corrido por entre ciudades, pasando por la capital, Medellín, Bucaramanga o Pereira, he recorrido las montañas del Quindio, Subachoque y La Estrella, he sentido en mis pies las playas de Palomino, Santa Marta y Puerto Colombia, me he montado en las murallas de Cartagena, he recorrido la ronda del río Sinú en Montería, he pisado pistas atléticas en distintos estadios y universidades, he entrenado en parques, plazas y potreros de varios pueblitos, entre tantos otros, sabiendo que en cada rincón al que voy disfruto de cada respiración que puedo dar y del hecho de estar vivo. Que cómo es el sitio? Es indescriptible, es de ensueño, es perfecto, es divino, el planeta en el que vivimos es “como de otro planeta” y no entiendo cómo seguimos queriendo comprar apartamentos y carros.

¿Tienes alguna anécdota en especial que quieras contarnos?
Tengo muchísimas por contar, como las varias veces que la policía me ha parado para requisarme por ir corriendo tan rápido con el pelo largo y la pinta que cargo, o los distintos apodos que escucho en cada carrera, o cuando en una tarima me preguntaron de dónde venía y respondí: “de este planeta” pero hoy quiero recordar una en especial. Para muchas personas, el dinero es el impedimento número uno a la hora no sólo de correr sino de hacer lo que sea que les guste. Durante los últimos 35 meses, mi promedio de ingresos ha estado alrededor de los 400 mil pesos. Con esta cifra he tenido que pagar por techo, comida, ropa, vicios, transporte y todo lo demás. Mis primeros tennis para correr tenían una suela semitransparente de tanto uso (antes de empezar a usarlos para correr). He tenido varios momentos en los que una aguapanela y un pan han sido mi único alimento tras un recorrido de más de 20 kms. de trote y así cualquier médico, entrenador, revista especializada, página de internet o aviso en Facebook le esté diciendo a uno todo el tiempo cuál es la dieta a seguir para un “buen” corredor, lo único que sé es que cuando se quiere, se puede, cuando se está agradecido y lleno de razones para seguir en este planeta, todo es posible; cuando se está agradecido por lo que se es y no está pensando en lo que no tiene, en ese momento todo es posible.

¿Quieres enviarle algún mensaje a los lectores de Colombia Corre?
Hay dos formas de entender el deporte (y todo en la vida), no sólo por lo que nos han enseñado en nuestras familias y escuelas, sino porque todo entra por los ojos y los ojos son 2, hasta donde sé, de ahí la dualidad en la que nos desarrollamos como seres humanos desde que existe el tiempo en el cerebro. Hemos estado luchando por sobrevivir en el planeta, por proveernos de alimento y techo, por poder alargar nuestra especie y reproducirnos, por ende todo ha sido una competencia. En algún momento los Romanos introdujeron la competencia al deporte también. Todo está más que claro, ya sabemos de dónde viene el cuento de competir, el tema hoy, es que eso ya pasó hace mucho tiempo, la competencia fue natural, el instinto por competir es algo que usan las marcas para hacer del deporte un negocio, ustedes son mucho más que eso, son seres humanos con consciencia, pueden saber que el sólo hecho de correr, de moverse, ya trae consigo un beneficio, no se dejen engañar por la medallita del final de la carrera, de los tiempos que suben y bajan cada día que pasa, el modelo premio/castigo es igual de antiguo y obsoleto a la guillotina. Señores lectores, corran por el simple hecho de estar vivos, de poderse mover, de ser humanos. No dejemos que algo tan natural y tan perfecto como el correr, el moverse, se convierta en el mismo circo corrupto que han convertido a otros deportes como mi amado fútbol, esto no es un negocio, es la vida misma! Gracias!!!

 

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