No hay tiempo para detenerse... - Andrea Mesa
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Una vez yo quise proponerme un reto físico y de disciplina, un dia yo quise correr una maratón.
Un programa de muchas semanas me había permitido sentir la felicidad profunda de cruzar esa meta planificada por tanto tiempo y que me había permitido viajar a lo más profundo de mis miedos para reconocerme como un ser humano como todos los demás pero que un día decidió que se propondría un objetivo que no costara dinero y que costara mucho esfuerzo , que me alejara del mundo materia y sin embargo me hiciera sentirme inmensamente rica y que me permitiera conocer mi verdadera voluntad.
Eso sucedió hace un año en Paipa pueblo pintorezco de mi adorado departamento de Boyacá, eso sucedió cerca de donde naci y crecí, cerca de mi familia y rodeada de mis padres y familiares que me apoyaron y con su amor fueron parte fundamental de esa historia.
Luego de cruzar esa meta vinieron las verdaderas ganas de correr por correr por sentir por apartarme del mundo de las cosas y de la gente mala y rodearme de buenas energías y acercarme a Dios por medio de la meditación de correr concentrándome en dominar mi cuerpo siempre a diestra de mi mente y de mi corazón, para ser mas feliz y entonces disfrutar el cuerpo en todo su esplendor y devorar las malas sensaciones en un goce pleno de dominio del yo.
Asi paso y un día conocí a un chico con mirada de corredor de esas miradas que nos conectan entre nosotros y que nos llevan a empezar conversaciones que giran en torno a las camisetas, a las carreras de calle, a los entrenamientos en el parque, y a los sueños de poder correr mejor, más rápido, más seguido, más lejos, el se llamaba Edwin.
El hermano de mi cuñada arquitecto de profesión padre de un hermoso niño de ojos azules y esposo de Yaneht hijo de doña Lili y desde entonces colega en el tema este de correr por fiebre.
Paso el tiempo y Edwin y yo nos encontramos en Sogamoso el 31 de diciembre del año pasado y nos fuimos a correr hasta Iza y compartimos esas emociones de los que corremos juntos y no nos cansamos o cuando nos cansamos hablamos de cosas bonitas solo para no detenernos.
Edwin y yo no nos encontrábamos sino en eventos familiares, en la piñata de mi sobrino etc..
Y una vez en la carrera de Usaquén mientras tomaba aire subiendo levante la mirada y lo vi y el me vio y tomando aire me dijo sonriendo : ”está dura esta carrera cierto?” yo me reí y le dije que si que estaba tenaz y entonces seguimos avanzando y nos decíamos que no nos encontrábamos abajo sino entre el monte haciendo lo que nos gustaba y nos reímos de nuevo.
Hace poco en Suesca nos vimos y no saludamos en la meta nos dimos un abrazo y charlamos contándonos que definitivamente no nos veíamos mucho solo en el monte haciendo lo que más nos gustaba…
Y recuerdo que me contaba de su padre con quien entrenaba para la media maratón y que cada día salía a trotar y que se las corría todas….
Edwin corredor, hijo , padre, hermano, arquitecto de 36 años como cualquiera de nosotros salió a trabajar el martes de la semana pasada y en el paradero de Trasmilenio cerca de la Ciudadela Colsubsidio otro ser humano sin permiso, sin miedo, sin vergüenza acabo con su vida, con sus sueños con sus carreras con su deseo de correr maratones de enseñar a su hijito de 9 años a correr y se quedó con la inscripción de varias carreras hecha y otras muchas programadas.
Yo entonces cerca de la maratón andina de Sopó quise correr con ese amigo en mi corazón ayer 5 de mayo de 2013 y el cumplió una meta y me lleno de fuerza para disfrutar esos 42 kilómetros y con ese homenaje humilde comprobé que para correr maratones se necesita corazón y mente y un verdadero motivo para llegar a la meta, y comprendí que somos humanos que estamos de paso y que debemos asumir los riesgos frente a los retos sin tanta espera porque al final el final siempre será una certeza.
No sé si hay un protocolo, solo tenía una historia que contar como un homenaje a un amigo que tal vez sea anónimo pero que me inspiro a correr una maratón para que si después de la muerte el espiritu o la energía aún quedan él sepa que corrimos juntos el domingo una maratón que con su cuerpo por esta cochina sociedad que no aprende el valor de la vida él no alcanzó a completar....
Q.E.P.D
Andrea Mesa