Si todos por lo menos lo intentáramos - Raúl Segura
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Hoy hice algo muy sencillo, pero después de reflexionar me causó mucho impacto. Quiero compartirlo con todos ustedes.
Me disponía a salir a entrenar un poco tarde pues debí ir a recoger a mi nieta al Jardín y de verdad ya tenía pereza, sin embargo, puestos los tenis ya no hay flojera. Al salir del conjunto donde resido, encontré una señora de bastante edad llorando frente al auto, le pregunte que le sucedía y me dijo que una llanta del auto había pinchado y no sabia que hacer. Sin pensarlo le ayude a desmontar la llanta y monte el repuesto, nada especial, solo que al bajar el auto del gato, me di cuenta que la llanta de repuesto también estaba pinchada, con el poco aire le indique la bomba más cercana para que alcanzara a llegar. En el momento lo pensé “Que cagada, perdí tiempo y no hice nada.”
Inicie mi recorrido de 10K como de costumbre, flojo pero con muchas ganas. Llevaba aproximadamente un kilómetro y vi a la distancia a un señor que hacia esfuerzos por coger ritmo, me sonreí y decidí alcanzarlo lo más rápido posible y ponerle paso para ver si se decidía a seguirme o tener la satisfacción de dejarlo. El señor al escuchar mis pasos aprieta su paso como si no quisiera ser alcanzado, yo me exijo y lo alcanzo, tan pronto lo consigo el señor se detiene y para mi sorpresa es un viejo conocido. Es un señor que tiene dos meses de ser operado a corazón abierto y ya está haciendo sus primeros piquecitos, me saluda y muestra su satisfacción al contarme que ya está intentando volver a su vida deportiva. Lo felicito y le expreso mi admiración, en broma le digo que si se me pega, espero su respuesta y me dice con gran satisfacción:
-Ya lo estoy intentando, muy pronto lo acompaño.
Sencillamente sonrió, pongo a funcionar el cronometro y continuo con mi entrenamiento.
Pistorius hizo su sueño realidad, ¿que nos falta a nosotros?
Reflexiones:
1. A pesar de la pereza, cuando hay gusto, la disciplina se impone.
2. Sin pensarlo decidí ayudar a la señora que no era bonita ni joven, solo me nacío del corazón. Fui generoso sin pensarlo y sin esperar nada a cambio, no salió bien, pero lo intente y me siento bien.
3. El señor que me encontré, dos meses de una operación de éstas, tan delicada y ya, sin pensarlo está preparándose para volver a su vida deportiva.
Reflexión final.
La vida siempre pone en nuestros manos la oportunidad de ser mejor, solo necesitamos amar lo que hacemos, amar a nuestros hermanos y hacer el esfuerzo para que todos nuestros sueños se cumplan. Las cosas que no se dan, son solo la oportunidad de seguir creciendo y no se dan, no porque nuestro amado Padre no lo desee si no porque es necesario que continuemos con nuestra preparación. Así que, como el señor que me encontré en el camino, que no está pensando en que su corazón se debilitó, si no que se puso los tenis y ya esta intentando volver a su forma para superar sus tiempos y registros, así los invito para que nos pongamos los tenis y hagamos el esfuerzo de intentar, por lo menos, de hacer lo que siempre hemos querido hacer.
Pistorius: Hará su sueño realidad, ¿que nos falta a nosotros? INTENTARLO
Raúl Segura