Crónica Travesía de Los Nevados
- Detalles
La historia de los atletas del Club Trotones en el Parque de los Nevados.
TRAVESÍA DE LOS NEVADOS
CLUB TROTONES DE MEDELLÍN
MARZO DE 2012
PREÁMBULO
Después de participar en las tres versiones de la Media Maratón de Montaña de Medellín, organizada por la Escuela Altitud; al final del año 2011, algunos de los integrantes del Club Trotones y el director y organizador de la Media de montaña, nos reunimos y nos dimos a la tarea de organizar una carrera de montaña, más exigente, la cual y por sugerencia del director de la Escuela de Altitud, el señor Juan Guillermo Correa, se planteó y diseñó a través del Parque Nacional de los Nevados, con un recorrido de 70 kilómetros entre Manizales Caldas y Salento, municipio del Quindío, en un tiempo aproximado de 12 horas, en un terreno con una altura entre los entre los 3.500 y 4.300 mts. Saliendo desde la Hacienda Potosí, con llegada al Valle del Cócora. Duro reto, que pusimos en marcha a partir de esa primera reunión de noviembre de 2011. Desde ese momento y con la idea gestada, iniciamos una serie de reuniones y encuentros, donde se establecieron, reglas y condiciones, entre ellas: que el evento se realizaría a nivel experimental con un grupo pequeño por situaciones de manejo y logística, fue así, como se conformó el grupo con dos integrantes de la Escuela Altitud: Juan Guillermo Correa (Director) y Sebastián Gil y cuatro miembros del Club Trotones de Medellín: Mauro Gallego Bedoya(Director), Raúl Fernando Mesa Lopera, Martín Alejandro Chaurra Soto, Eduardo Restrepo y un invitado, atleta, radicado en la ciudad de Bogotá, el señor Juan David Londoño, para un total de siete personas, todas con experiencia, unos, en montaña y otros, en calle y trocha con maratones, medias y travesías recorridas.
Al iniciar el año 2012, con toda la ilusión y ganas puestas en este proyecto, el grupo empezó con una serie de entrenamientos de montaña, entre ellos, en la Travesía Suroeste antioqueño con un recorrido de 160 kilómetros y así, cada fin de semana, con recorridos de treinta y treinta y cinco kilómetros en Páramos y Montañas cercanas a la ciudad de Medellín, (Páramo de Belmira, que se convirtió por esos días en nuestro principal destino, los Cerros Tutelares de Medellín, el Cerro Cascajal en Copacabana, el Quitasol en Bello, la Catedral en Envigado, la Romera en Sabaneta, los Cerros de Belén y San Antonio de Prado, entre otros), entrenamientos de semana, en calle y trocha, además, del trabajo dirigido por los directores de la Escuela y el Club, en repeticiones, metodología y capacitación en montañismo, ya que se hacía necesario conocer el trabajo en la montaña y en alturas no convencionales para estos atletas aprendices de brujos, fue así, como después de cada entrenamiento y evaluación, se fueron estableciendo nuevas exigencias y condiciones y se fueron seleccionando, equipos, vestuarios y menajes necesarios para la salida, la cosa no era fácil, nos dieron madera en cada entrenamiento, ya que todos debíamos estar muy bien preparados, para correr en montaña, aperados con los equipajes, que además, deberían ser lo más livianos posible, lo que indicaba, que sólo estaba permitido, cargar con lo elemental para la supervivencia.
PÁRAMO DE BELMIRA - ANTIOQUIA
JUAN, SEBASTIAN Y EDUARDO EN BELMIRA CRUZANDO EL PÁRAMO
SEBASTIAN, EDUARDO, RAÚL Y JUAN EN LA CUMBRE
EL EQUIPO PREPARADO PARA SALIR A ENTRENAR - RAÚL, JUAN, EDUARDO, MAURO, ALEJANDRO Y DANA ESCUELA ALTITUD.
CERROS DE BELEN
RUMBO AL PICACHO
Y MUY CERCA DE LOS DIOSES
RAÚL EN EL PICACHO, DESAFÍA LA MONTAÑA Y SE ECUENTRA CON LOS DIOSES.
“EN EL LUGAR DE LAS MARVAS” JUAN, EDUARDO, ALEJANDRO Y MAURO
AL FINAL DE LA JORNADA EDUARDO, JUAN, MAURO Y RAÚL
POR LOS CAMINOS DE LA ROMERA, RAÚL, MAURO Y ALEJANDRO
RUMBO A LA CIMA – JUAN, ALEJANDRO, MAURO Y EDUARDO
SEGURO QUE LOS ALCANZO – JUAN
REVENTADO, PERO, HAY QUE SEGUIR – RAÚL
“DANZA CON LOBOS” – JUAN, ALEJANDRO, EDUARDO Y MAURO
Y DÓNDE ESTARÁ LA META.? –JUAN, ALEJANDRO, EDUARDO Y MAURO
ESTÁMOS PRÓXIMOS MUCHACHOS.. ÁNIMO
DE PÁRAMOS Y NUBES
MAURO - EL EQUILIBRISTA
DE ENTRENAMIENTOS Y MONTAÑAS
En este proceso de salidas y entrenamientos, también las familias se unieron a nuestra causa y en un bello gesto de apoyo y solidaridad, se embarcaron en la última gesta de lo que sería la etapa final de nuestros entrenamientos, es así, como estuvimos con ellos en los municipios de San Pedro de los Milagros y Belmira. Un día especial para nosotros, el poder compartir con nuestras familias, nos revitalizó y nos puso a tono con ese último entrenamiento de montaña, que fue duro, pero fructífero, ya que tuvimos la oportunidad de enfrentar nuestros propios miedos y debilidades.
Ese día, domingo 4 de marzo de 2012, partimos hacía la montaña con las bendiciones de nuestras familias y llegamos, con una calurosa bienvenida, como sólo sucede en las mejores ocasiones, con laureles y romeros, hasta coronas tuvimos, ese día, hubo fotos, chismes, prensa y por supuesto, Cocacola, Ponqué Ramo y Champan, fue uno de esos días mágicos, que uno diría, perfectos para terminar una dura jornada, un día revitalizador..
ÚLTIMO ENTRENAMIENTO CON TODAS LAS FAMILIAS EN SAN PEDRO DE LOS MILAGROS
FUERTES HACIA EL PÁRAMO DE BELMIRA
POR LOS BOSQUE PRIMARIOS EN BUSCA DE LA CIMA DEL PÁRAMO
Y SEGUIMOS BUSANDO LO QUE NO SE NOS HABÍA PERDIDO
Y POR DÓNDE ES EL CAMINO COMPAÑEROS ?
DE TRINOS Y FRAILEJONES
AHORA SÍ ESTÁMOS UBICADOS
BUENO, LO ESTÁMOS LOGRANDO SEBASTIAN, RAÚL, EDUARDO, MAURO Y JUAN
CALUROSA BIENVENIDA, ÚLTIMO ENTRENAMIENTO MAURO, ALEJANDRO, JUAN, SEBASTIAN, EDUARDO Y RAÚL
Mientras con el equipo de Medellín entrenamos en las montañas de Antioquia, el compañero de Bogotá Juan David Londoño, para ponerse a tono con el equipo, hizo lo mismo, pero, en las montañas y páramos de Cundinamarca y Boyacá, su entrenamiento, estuvo regido por los mismos parámetros y lineamientos establecidos para el equipo de Antioquia, todo en una estricta y compacta coordinación.. Juan David, juiciosamente recorrió, carreteras, caminos, cultivos, cumbres y montañas en esa bella región cundiboyacense.
JUAN DAVID EN LOS CAMINOS DE CUNDINAMARCA
NUESTRO AMIGO EL CEGADOR Y TROTADOR
DISFRUTANDO CUNDINAMARCA
ÉL, TAMBIÉN VISITÓ CHINGAZA
COLOMBIA FUE MI DESTINO - JUAN DAVID LONDOÑO – BOGOTÁ - CUMPLIENDO LA MISIÓN
Por esta temporada de entrenamientos de montaña, todos los integrantes del equipo nos vimos obligados a separarnos un poco de nuestros entrenamientos convencionales y de algunas de las carreras organizadas en la ciudad, lo que implicó, también, la separación temporal con muchos de los compañeros atletas, quienes, ya pensaban que nos habíamos aburguesado, elitizado, o que definitivamente, estábamos montando rancho aparte, mucho se especuló por esta temporada, por nuestra nueva actividad, pero no podíamos compartir el proyecto con todos, así quisiéramos, precisamente, por la restricción que se tenía con el número de integrantes del grupo, que por cuestión de logística, debía ser pequeño, al parecer y según el Líder del grupo, quien nos iba a guiar, la consecución de alojamiento, en el lugar de partida es bastante difícil, lo mismo que el transporte de Manizales a ese lugar.
Esta temporada, también fue aprovechada por todo el grupo para conocer, aprender y documentarnos sobre el comportamiento y requerimientos en este tipo de aventuras de alta montaña, lo mismo, que para conseguir el equipo necesario para poder cumplir con el objetivo y la meta planteada, es así, como todo el grupo se equipó con morrales, bolsa de hidratación, linternas frontales, sleepings, mantas de supervivencia y trajes especiales, tales como zapatos, chaquetas cortavientos, licras, camisetas, guantes, pasamontañas y lentes oscuros; aprendimos de la selección y consumo de alimentos y bebidas balanceadas para esta clase de experiencia.
Cada semana que pasó y se compartió en trabajos y entrenamientos, fue acercando y consolidando más y más al grupo, un grupo que se fortaleció y preparó, tanto física como mental mente, para enfrentar el reto propuesto, fue un proceso largo y duro, pero con muy buenos resultados y la mejor preparación para hacer realidad la travesía el 18 de marzo de 2012.
Desafortunadamente, unos días antes de la partida, ya con todo preparado y con un equipo bien conformado, un grupo humano bastante compacto y entrenado, para tal faena, surgió un pequeño inconveniente con el compañero y director del Club de los Trotones, Mauro Gallego, quien se tuvo que retirar del proyecto, ya que en el último entrenamiento de montaña en el Páramo de Belmira, se lesionó, y esta lesión, truncó su sueño de alta montaña, un duro golpe para él y por supuesto, para el grupo, pero, para ese momento, ya era irreversible el proceso y con mucho pesar y todo, nos tocaba continuar sin nuestro amigo y compañero y aprender a manejar el duelo de la mejor manera, no fue fácil asumirlo, pero esa es la vida y en ese momento, por él y por nosotros mismo, debíamos terminar el reto propuesto. Esa misma semana, en la Escuela de Altitud, se hizo la última reunión con todo el grupo, para finiquitar los detalles de lo que sería una de las mejores aventuras de nuestras vidas, ese día, en la tarde, tomamos el Té con Juan Guillermo y María Isabel, hablamos del tema, recibimos sus consejos y recomendaciones, pues, ambos, son expertos en este tipo de aventuras de montaña y mientras conversábamos y acatábamos sus recomendaciones, María Isabel, nos conmovió con la lectura de un texto que inspirada con Dana nos escribió, una especie de despedida o de píldora de ánimo y buena energía para estos aventureros de la montaña gris..
“Raúl, Alejandro, Eduardo, Sebastian, Juan David y Juan Guillermo:
¡Están próximos a partir!! Urra!!! La Aventura
Una Aventura que se ha tejido con el corazón, con entrenamientos e ilusión. Una Aventura, que dejará huella en el corazón de cada uno. Una Aventura, llena de paisajes maravillosos, aunque la fatiga aparezca. Una Aventura, no sólo física, sino mental y espiritual. Una Aventura, de amistad y compañerismo. Una Aventura, que tendrá muchas historias que contar. Una Aventura, donde los morrales, no sólo están cargados de alimentos y abrigo; sino, de sueños, esperanzas, retos, magia e ilusiones. Una Aventura, donde no se puede pelear con la naturaleza. Una Aventura, que hay que ¡Vivirla como venga¡
Y con todos Ustedes, estaremos en sus corazones, Mauro, Oladis, Marisol e Hijos, Angela e Hijo, la Mamá de Raúl, la Familia de Juan David y de Sebastian, Dana y Yo; Haciéndoles fuerza y empujándolos siempre adelante. Podemos estar en el rayo de sol, en la montaña, en la frescura del viento, en el frailejón o donde Ustedes lo quieran imaginar. Y recuerden, que el Parque los espera con los brazos abiertos y Nosotros los recibiremos de igual manera.”
¡Suerte Campeones¡¡
¡Suerte Aventureros¡¡
A vivir intensamente esta linda experiencia…
Abrazos… María Isabel
Después de tan grato texto, los ánimos se dispararon y todas las energías se concentraron en lo que sería nuestra aventura de los Nevados. Sin embargo, esta reunión, con tan buena motivación, tuvo un mezcla de sentimientos encontrados, entre alegrías y tristezas, era rico saber que ya estábamos tan próximos y con todo bajo control, para la salida, pero, al mismo tiempo, era triste saber, que al grupo, ya le faltaba una persona muy importante, un aventurero, un amigo, un compañero, el Mauro, ya que él, había sido uno de los gestores de esta aventura y por fallas de última hora no iba a poder estar con Nosotros, una realidad, que debimos asumir también con optimismo, ésta, era otra de esas pruebas de la vida.
DÍA PRIMERO VIERNES 16 DE MARZO
Con toda la experiencia, el conocimiento y el entrenamiento recibidos, llegó el día de la salida, el equipo se prepara y muy cumplidamente el día viernes 16 de marzo al medio día, nos encontramos en la Terminal de Transportes del Sur en la ciudad de Medellín. Esa tarde, fueron llegando uno a uno, Juan Guillermo y Sebastián, acompañados por María Isabel, Alejandro y Eduardo y por supuesto, Raúl, que no podía faltar, todos con su cargamento de equipajes livianos, buenas energías y todos los deseos de iniciar y terminar de manera positiva la tarea propuesta. Era obvio entonces, que en aquel encuentro faltaba Juan David de Bogotá, a quien encontraríamos en Manizales.
ENCUENTRO EN LA TERMINAL DEL SUR MEDELLÍN – ALEJANDRO, JUAN, SEBASTIAN, EDUARDO Y RAÚL
DE EQUIPOS Y EQUIPAJES
Este primer día, partimos desde la ciudad de Medellín en Flota Auto Legal hacía la ciudad de Manizales, cinco horas de viaje, en muy buen carro y buena compañía, pues con Nosotros, viajaron tres personas más, Diana, Mariana y Rocio, quienes se dirigían a Manizales de paseo y se integraron rápidamente al equipo, junto con el conductor. El viaje estuvo relativamente bien, con una parada Técnica en la Felisa, donde consumimos Coca colas y galletas Cucas y dos o tres paradas temporales en lugares, donde se hacía reparación a la vía. Estuvimos llegando a Manizales a eso de las 6:30 de la noche, en Manizales, llovía y hacía un Frío intenso y mucha brisa; en la Terminal, nos tomamos un café, nos comunicamos con el Compañero Juan David, quien venía en camino desde Bogotá y mientras Juan llegaba, con Eduardo, decidimos hacer un poco de turismo en la ciudad, utilizando el Cable Aéreo, mientras, los compañeros: Juan Guillermo, Alejandro y Sebastian, partían hacía Villa María en busca del hospedaje. Nuestro intento de turismo, se frustró por el mal tiempo, ya que con lluvias y tormenta, el servicio del Cable se suspende temporalmente. Nos tocó entonces, regañaditos y todo, de inmediato, partir también, para Villa María, para lo cual, tomamos un bus de servicio urbano, llegamos y nos unimos al resto del grupo, quienes ya estaban haciendo los primeros contactos con Doña Rosa, amiga de Juan Guillermo y quien nos alojaría en su casa. En Villa María mercamos y nos acomodamos en casa de Doña Rosa, donde, hicimos una cena tipo merienda, de agua de panela, arepa y queso; estando en casa de Doña Rosa, llegó Juan David de Bogotá y de inmediato, se integró al grupo, nos acomodamos en dos habitaciones y muy temprano nos acostamos a descansar, para disponernos a salir al día siguiente sábado muy temprano, cinco de la mañana. Manizales y Villa María fueron nuestra primera estación de adaptación a la altura.
DÍA SEGUNDO SABADO 17 DE MARZO
Sábado 17 de marzo, muy temprano, nos levantamos, en perfecto orden, hubo baño, acicale, tinto, cuadrada de cuentas con Doña Rosa y despedida con lágrima incorporada y todo. A las cinco AM. Estuvimos puntuales en el lugar de partida, la panadería de Fredy, el yerno de Doña Rosa, donde tomamos un segundo tinto y donde nos recogería Jaime, el conductor que nos llevaría, hasta nuestro lugar de inicio oficial para la Travesía, el Bosque, en la Hacienda Potosí, ésta, sería nuestra segunda estación de adaptación a la altura, a 3.500 metros sobre el nivel del mar. El recorrido entre Villa María y el Bosque es de 40 kilómetros por una carretera bastante deteriorada, que como una gran cicatriz, corta abruptamente el bello paisaje, característico en todo el recorrido, por los cultivos de cebolla junca, papa y tomate de árbol y por grandes lecherías de ganado normando.
SECTOR DE LA GUAYANA CULTIVOS DE CEBOLLA
FINCA SAN ANTONIO - ORDEÑO
Esta ruta, con todos sus obstáculos, piedras, huecos, cañadas, quebradas, subida y bajadas era bien conocida por Jaime, era su ruta de trabajo cada dos días en la recolección de leche. Jaime, es uno de esos personajes amables, bien ilustrado, folclórico, de sabiduría popular y conocedor de toda la región; desplazado prácticamente de su pueblo Vista Hermosa en el Tolima y que por cosas de la vida, llegó y se quedó en Villa María. En el trayecto de los cuarenta kilómetros, Jaime nos recreó el viaje con la música terrible y tradicional de Olímpica Estéreo y por supuesto, con una muy agradable conversación, respondió a todas nuestras preguntas y nos ambientó sobre el lugar y los lugareños, además, nos hizo todas las paradas necesarias, para hacer las primeras fotos.
VEMOS POR PRIMERA VEZ EL RUIZ
A las 8:30 de la mañana, arribamos a la finca el Bosque en la Hacienda Potosí. Este sería el lugar donde debíamos pernoctar esa noche. En esta mañana, bella, pero helada, empezamos a sentir el rigor de la altura, ya a 3.500 metros, el frío era intenso e implacable.
HACIENDA EL BOSQUE JUAN DAVID Y RAÚL, ABRAZADOS POR EL FRIO
Cerca de allí, se encontraba ubicada la Escuela Potosí, donde, residen Edisón, hijo de Doña Rosa la de Villa María, su esposa Cristina y su hija, la pequeña y dulce Salomé; la escuela, estaba desierta, no funciona, ya hace bastante tiempo por una razón muy sencilla, en la región no hay niños, sólo Salome y la nieta de Luz Mila. Nos desplazamos hasta la escuela y allí, nos recibió muy amablemente Cristina, quien nos esperaba para prepararnos los alimentos, de inmediato y después de presentarnos, nos acomodamos en la cocina y esperamos el desayuno que muy hábilmente preparó Cristina, con arepa, pan, chocolate y huevos revueltos, después del desayuno y en el proceso de aclimatación, Cristina, nos llevó de nuevo a lugar de llegada, la casa del Bosque, donde reside Luz Mila, con su esposo, dos hijos y su nieta. Cristina, nos presenta con Luz Mila, a quien al parecer, no le caímos en gracia, pero sin embargo, ayudada por Cristina, sacó las cobijas nuevas y entre las dos se dispusieron a prepararnos, los aposentos reales, donde íbamos a dormir; en estos aposentos aperados con un camarote y una cama, al parecer y por las condiciones de los colchones, se veía que hace 500 años no dormía nadie allí, además, de los chinches y las pulgas, se desempolvaron los colchones y lo mismo, se hizo con el piso, se hicieron las camas y nos acomodamos por parejas, hicimos la primera siesta, antes de volver a la casa de Cristina, para almorzar. Este era un verdadero” Pulgue Risort” en las montañas u hotel de puntica de estrella que llaman.
DE CAMAS Y CAMAROTES
En este lugar, el tiempo parece detenerse, como Cristo se detuvo en el Eboli, según la película, aquí, los segundos, los minutos y las horas, parecen de caucho, el día y la noche se hacen tan largos, pero bueno, era cosa de acostumbrarse. Ya a la hora del almuerzo, todos muy cumplidos estuvimos en casa de Cristina y acomodados otra vez en la cocina al lado del fogón para calentarnos, tomamos café y tertuliamos. Estando allí, llegó Edison el esposo de Cristina con el suegro y cuñado, fuimos presentados y estos nos contaron que venían del trabajo, que ese día, consistió en capar doce toros de la finca, conocimos las criadillas de toro y con ellas, hubo tema para entablar una buena conversación con los hombres de la casa y mientras Cristina, terminaba con el almuerzo, el cual repartió en un santi-amén, empezando por los recién llegados, un almuerzo riquísimo, con sopa de pasta y papas, pollo, arroz, papas guisadas y ensalada, todo, acompañado de una dulce y cálida agua de panela; durante el almuerzo, se compartió de manera agradable con los señores de la casa.
JUAN DAVID, CRISTINA Y SEBASTIAN
Después de almorzar y el compartir con los señores, nos retiramos a nuestros aposentos reales para una segunda siesta, la cual, hicimos acomodados en parejas. En la tarde con Alejandro y Eduardo y mientras los compañeros seguían durmiendo, salimos a disfrutar de un poco de sol que por fortuna salió por espacio de 15 minutos; en nuestro receso, conocimos a Fabían, un pillo hijo de Luz Mila, del que nos debíamos cuidar, ya que era un mentiroso y embaucador; también, aprovechamos e hicimos buenas relaciones con Luz Mila, quien, hasta café nos ofreció, Luz Mila, no era tan mala gente como lo habíamos percibido al principio, era una mujer campesina, tímida y reservada.
A eso de las seis de la tarde, de nuevo, salimos todos, rumbo a casa de Cristina en busca de la cena, pues esa noche, nos debíamos acostar muy temprano. La cena estaba a cargo de Sebastían, quien debutaría con la preparación de sus famosas pastas a la carbonara, claro está, dirigidas por Raúl, porque el Chino, en su vida había cocinado. Mientras las pastas se cocinan, tomamos café, cosa que ya se había hecho costumbre entre el grupo. Preparada la cene, la compartimos con la familia de Cristina, con los que tertuliamos un rato, para luego regresar a nuestra habitación del “Pulgue Risort”. Cuando llegamos, con la sorpresa de nuevos huéspedes, un grupo de once personas que provenientes de Santa Rosa de Viterbo se dirigían a la Laguna del Otún, pero los cogió la noche y terminaron armando sus cambuches en nuestro hotel de puntica de estrella. Esa noche, nos preparamos para el día siguiente, cada uno, armó y desarmó morrales, alistamos, lámparas, trajes, provisiones, hidratantes y brebajes, programamos despertador y cada uno, vistió los trajes con los que haría la travesía, porque eso sí, en estás condiciones, los trajes de travesía son súper versátiles y en la noche se convierten en las mejores pijamas. Con todo en orden y listo para el día siguiente, nos dispusimos a dormir, cosa que resultó relativamente bien, a pesar de las adversidades del frío.
DÍA TERCERO DOMINGO 18 DE MARZO
Este día, muy temprano 4 AM, sonó el despertador y de inmediato, todos saltamos al piso y nos incrustamos en nuestros tenis, se pasó revista al equipaje, se aplicaron los últimos ungüentos y pomadas calientes y no faltaron las pastas que consumieron los más osados, los últimos concejos y por supuesto, la cepillada de diente y el baño digital que no podían faltar. Preparados con morrales a la espalda, gorros, guantes y linternas, salimos de nuestro hospedaje y a oscuras, nos dirigimos otra vez a casa de Cristina, donde tomaríamos el primer café del día, el cual acompañado de un pan sería nuestro desayuno para empezar la dura jornada que nos esperaba.
EDUARDO, ALEJANDRO, JUAN, RAÚL Y JUAN DAVID
Ya desayunados y cargados con toda la energía y los deseos de cruzar esos 70 kilómetros en ese maravillo territorio del Parque Nacional de los Nevados. Partimos de la Hacienda Potosí a 3.500 metros de altura y con una temperatura de 7 grados, exactamente a las 5 de la mañana y a oscuras, empezamos el ascenso, en un primer trayecto por una carretera destapada, en buen estado; no habíamos avanzado mucho, cuando, ya en un amanecer, esplendoroso, se perfilaba majestuoso el Nevado del Ruiz, acompañado de su fumarola de humo y ceniza, aquel, era un espectáculo para Nosotros de gran calidad y belleza.
ATLETAS DE LA MONTAÑA Y DE LA NOCHE
EL RUIZ SE PERFILA CON SU FUMAROLA
Mientras la mañana seguía avanzando lentamente, la luz del día nos mostraba, uno de los más bellos paisajes de la naturaleza y nos ponía a su disposición toda una alfombra de la más variada vegetación paramuna y todo un sistema montañoso de montículos, glaciares, y nevados, sabanas y valles, se abría ante nuestros ojos, un escenario único de belleza y fantasía, un espacio, donde el silencio y la calma te invitan a levitar, a orar y precisamente, eso hacíamos, seguíamos levitando, mientras avanzábamos hacía la Laguna del Otún, para seguir deleitando cada uno de nuestros sentidos con tantas maravillas juntas. Pasando la Laguna del Otún, y siguiendo por una carretera bastante pantanosa, llegamos al Jardín del Edén, de verdad, que allí sí levitamos y entramos en un éxtasis al igual que Santa Teresa de Jesús; sí el Edén existe, allí estaba, ante nuestros ojos; un lugar maravilloso poblado de los más espectaculares y hermosos frailejones, que como monjes cartujos parece marcharan y oraran en los pasillos de su monasterio. Bueno, eso de levitar y experimentar el éxtasis de Santa Teresa, sólo me sucedía a Mi, ya que mis compañeros de aventura, corrían como cabras locas de tumbo en tumbo y pasan olímpicamente por encima de tantas maravillas y de tan bellos paisajes, ellos tenía muy clara su meta, llegar en el menor tiempo posible al Valle del Cocora. Yo también, pero estar en ese espacio, de magia y color, te hacía alucinar y fantasear, no importando la meta. Y sí en este lugar se detuvo Cristo, como no hacerlo Yo, que tenía tan magnifica y única oportunidad.
DE VALLES Y RISCOS
EL GRUPO EN UN MOMENTO DE RECESO
LAGUNA DEL OTÚN
MIS COMPAÑEROS, LAS CABRAS LOCAS
EL JARDIN DE EDEN
UN DÍA EN EL EDÉN
ENCUENTROS CERCANOS
Mis compañeros, me esperaban de tanto en tanto y mientras, disimuladamente, hacían su descanso, el recorrido era impresionante, la belleza del paisaje asombraba y los nevados Ruiz, Santa Isabel y Tolima, danzaban ante nuestros ojos, mostrando lo mejor de sus galas, el recorrido continuaba y con mis veloces compañeros cruzamos, riscos, montañas, valles y lagunas, pasando los Mosquitos, la Negra a y la Leona; cada uno disfrutaba a su manera, ya que la comunicación durante el recorrido era muy poca, por aquello de la perdida de energía, tuvimos paradas técnicas de hidratación, alimentación y cambio de ropajes, eso era parte de la rutina, ponerse y quitarse, guantes, chaquetas y gorros, ya que veces, calentaba, pero otras, el viento producía un frío penetrante y atroz.
EL SANTA ISABEL
LOS CARTUJOS DE LA MONTAÑA
LAGUNA EL MOSQUITO
OTRA MIRADA DEL MOSQUITO
LAGUNA LA LEONA
CRUZANDO LAS MONTAÑAS
REACOMODACIÓN DE EQUIPAJES Y ALIMENTACIÓN
Los valientes aventureros, avanzábamos en la montaña muy lentamente, por que en esas condiciones de altura y de frío, el tiempo, no avanzaba, al igual que nosotros, que por mucho que corríamos y saltábamos, parecíamos suspendidos en el tiempo y en el espacio, situación que de alguna manera, nos permita disfrutar de ese excelente banquete de paisajes que nos estaban ofreciendo los Dioses, eso era maravilloso, a pesar de que la meta cada vez estaba más lejos.
ALEJANDRO, RAÚL Y EDUARDO DE DESCANSOS Y POSES
DE MIRADA POR EL CERRO DE LAS AGUILAS
ESPEREMOS A RAÚL – SEGURO ESTÁ HACIENDO FOTOS
RUMBO AL PARAMILLO
MUCHACHOS, ESTAMOS COMO PERDIDOS
Y YO TAMBIÉN, ESTOY PERDIDO
DE POSES Y DESCANSOS
MOMENTOS DE DESCANSO
Moviéndonos entre los 3.500 y 4.300 metros de altura y entre los más agrestes y bellos paisajes, fuimos superando una a una, cada montaña y ladera, cada risco, cada roca, cada riachuelo y laguna y cada uno de los obstáculos que se fueron presentando, subimos y bajamos, no supimos cuantas veces, hasta que al fin, después de cruzar aquella interminable cadena montañosa, estuvimos muy cerca de nuestro objetivo, el Valle del Cocora, ya a sólo a 20 kilómetros, que se suponen fáciles, sólo de bajada, pero aquella bajada, no fue tan fácil y sólo bajada, también tuvo ascensos y una serie de obstáculos, palos, rocas, huecos, quebradas, puentes colgantes y mucho pantano, todo acompañado de una oscura noche y de un torrencial aguacero. Hasta ese momento, el tiempo había estado a favor de los pequeños y todo había sido perfecto, pero en estas condiciones, ese descenso de 20 kilómetros, se hizo interminable, pero al fin y después de pasar todos los obstáculos llegamos al Valle del Cocora a eso de la 8:30 de la noche, más mojados y embarrados que cerdos de costa o jabalíes africanos. Ya habiendo logrado nuestro objetivo, cruzando la meta, nos acomodamos en el Hotel lo Bohíos y allí pasamos la noche, para, el día siguiente lunes 19 de marzo regresar a nuestras casas. Esta noche, juiciosamente, otra vez, desarmamos y armamos de nuevo morrales, lavamos tenis, nos dimos un súper baño de agua caliente, cenamos, tertuliamos y evaluamos nuestra jornada del día, con muy buenos resultados.
HOTEL CALIFORNIA
DIA CUARTO LUNES 19 DE MARZO
Muy temprano, nos levantamos, desayunamos y nos dirigimos a Salento, donde hicimos turismo, compras, tomamos café, comimos helados y nos embarcamos rumbo a Pereira, donde tomamos un vehículo de la Flota Ospina que nos trajo a Medellín en cinco horas, para llegar a la Terminal del Sur, nuestro lugar de partida y donde de sorpresa, nos estaban esperando las familias con pancarta, bombas, torta y champan, como ya era costumbre el recibimiento, emocionante ese recibimiento, nos hizo sentir de verdad campeones, eso fue bien agradable.
SALENTO Y LOS COMEDORES DE HELADOS
Y DE VERDAD, ERAMOS CAMPEONES
DE EMOCIONES, CAMPEONES Y FAMILIAS
Esta experiencia, marca nuestras vidas y nos enseña, que todo lo que nos proponemos, lo podemos hacer, pero también, nos enseña y nos deja claro, que el trabajo y la competencia en alta montaña, requiere de una preparación especial, tanto física como mental y de una gran responsabilidad, así es que no nos podemos aventurar, sin antes tener esa preparación técnica para este tipo de actividades.
Gracias a Dios que nos permitió tan maravillosa experiencia y vivencia. Gracias a todo el equipo, compañeros, Juan Guillermo, Juan David, Sebastían, Eduardo, Alejandro y Raúl, porque sólo con la unión y camaradería que logramos durante todo el recorrido, pudimos hacer las cosas bien y Gracias, a todos los que nos apoyaron, a Mauro, Oladis, María Isabel, Angela, Julian, Marisol, Alejandro y Jerónimo que con su apoyo, nos dieron siempre buena energía.
María Isabel, escribió para Nosotros el siguiente texto:
“El espíritu de cada uno de Ustedes, voló alto y libre como el ave, fue muy fuerte como el aleteo del colibrí. Estuvo contemplativo, silencioso. Se maravilló de tanta belleza. Se descubrieron más, se conocieron más. Aprendieron, disfrutaron, aguantaron, enseñaron, sufrieron, resistieron. Dejaron las huellas, su sudor, un pedacito de su ser en los 70 kilómetros recorridos en un lugar sencillamente mágico, duro.
Felicitaciones.
Recordemos, el espíritu no tiene límites.
Raúl Mesa
Club Trotones Medellín