Correr hasta que el corazón deje de latir - David Moyano
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“Es muchísimo mejor vivir diez años de vida con intensidad
y perseverando en un firme objetivo,
que vivir esos diez años de un modo vacuo y disperso.
Y yo pienso que correr me ayuda a conseguirlo.
Ir consumiéndose a uno mismo, con cierta eficiencia
y dentro de las limitaciones que nos han sido impuestas a cada uno,
es la esencia del correr,
y al mismo tiempo, una metáfora del vivir…”
Haruki Murakami
Si decido pensar en las razones que me inspiran a correr creo que sería difícil definirlas con precisión, más cuando el escribirlas en un papel requiere una exactitud similar a la que se busca cuando se dan los últimos pasos en una carrera. Así que con este escrito quiero compartir con ustedes la historia de las 4 competencias en las que estuve este año que representan mi inicio como corredor, y al final tratar de identificar las motivaciones que me han hecho correr y que hoy me tienen con el convencimiento de seguir corriendo hasta el día que mi corazón deje de latir.
Voy a empezar hablando de los 10k de la media maratón de Bogotá. La corrí por casualidad, no había planeado correrla pero me regalaron la inscripción y un mes antes de la carrera me compré unos tenis para correr y empecé a entrenar en las tardes en el parque San Andrés. Fue mi primera carrera, siempre quise empezar a correr pero nunca tuve el valor de inscribirme, sólo la coincidencia de que me regalarán una inscripción me llevó a correr. Con esta carrera me enamoré del running, terminé en 1:13:40, creo que fue un buen tiempo teniendo en cuenta que entrené solo un mes y que nunca antes había corrido. Además, la verdad, el tiempo no me importó, sólo me sentí muy orgulloso de saber que mi corazón y mis piernas habían impulsado a mi cuerpo a cruzar la meta; a pesar del cansancio, del fuerte sol y de la poca preparación; aquí estoy a pocos segundos de terminar la carrera.
Después de esto, vinieron los 12 k del Bodytech. Creo que ha sido mi mejor carrera, venía con la experiencia de la MMB y además pude entrenar con mayor intensidad y mejorar mi desempeño. Esta vez, terminé en 1:15:25, un tiempo que me dio mucha felicidad pues eran un poco menos de dos minutos por encima de la carrera anterior y tenía dos kilómetros más de distancia. Fue una competencia en la que después del kilómetro 9 me sentí con energía para correr la distancia que quisiera, pude mejorar mi ritmo y correr a casi 4 minutos por kilómetro. Terminé muy bien y definitivamente el amor por correr se selló con esta carrera, aquí descubrí que un buen entrenamiento es clave para lograr cruzar tantas metas como queramos.
Volví a las calles con los 10k de Unicef. Esta carrera fue un gran desafío y una buena manera de darme cuenta de la importancia de trabajar en diferentes terrenos. Quería que esta competencia representara bajar mi tiempo de 10 kilómetros de una hora, ya que había estado corriendo con regularidad, pero no pude. Llegué en 1:04:17 y me sentí un poco decepcionado en el momento, fue la carrera para la que más entrené, pero cometí un grave error, nunca contemplé la fuerte subida que representaba llegar a la carrera 7 y mis piernas si lo vivieron y pasaron cuenta de cobro. Llevaba un buen ritmo, pero después de que empezaron las subidas, la realidad fue que la falta de trabajos de fuerza me dejó sin muchos ánimos. Así que esta carrera fue la más valiosa en términos de aprendizaje, pues reconocí que no sólo debo trabajar mi resistencia sino preparar mis piernas para subir y bajar. De nuevo, aquí estoy antes de cruzar la meta.
El año terminó con los 15 kilómetros de la carrera de New Balance. Una excelente y muy exigente experiencia. Ha sido hasta el momento la distancia más larga que he corrido y la verdad fue la carrera en que mi fuerza voluntad reemplazó a mis piernas. Llegué al kilómetro 10 en una hora aproximadamente y me sentía bastante satisfecho y con buena energía. Antes de llegar al kilómetro 11 empecé a sentir un calambre en mi gemelo derecho, al principio no le di importancia y trate de calmarlo con un poco de agua, pero minutos después me hizo detener para tratar de hacer algunos estiramientos y aliviar un poco el dolor. Después de ese momento, el paso se fue haciendo cada vez más corto y el dolor más fuerte. Pensé en abandonar, pero me di cuenta que en ese momento no podía hacerlo, pensé en mi esposa que siempre me espera en la meta y no me sentí capaz de llamarla a decirle que no había podido terminar; así que traté de pensar en algo diferente al dolor y después de 1:41:57 logré cruzar la meta esta vez impulsado por mi cabeza y no por mis piernas. Esta carrera me enseño que el cerebro y la fuerza de voluntad juegan un papel tan fuerte como nuestro físico, y que siempre debo entrenar mi mente así como fortalezco mis piernas o mi abdomen.
Esta es la historia de mi 2014 como corredor, espero estar en muchas competencias más, en el 2015 quiero correr una media maratón y quiero salir fuera de Bogotá a correr, no importa la distancia, sólo quiero llevar mis piernas a cruzar una meta fuera de mi ciudad. En unos años quiero correr una maratón, sentir lágrimas en mis ojos cuando cruce la meta tras 42 kms de esfuerzo. Me gustaría correr la maratón de Buenos Aires o de Nueva York por ser ciudades míticas. Quiero simplemente seguir día a día corriendo, con dolor de piernas, con hormigueo en los pies, tratando de llevar mi cuerpo a nuevos límites.
Al final, creo que como lo dije al inicio escribir las razones por las que corro es difícil pero siento que tiene que ver con mi corazón, creo que corro porque me hace sentir más vivo, con esa sensación de que mi corazón late con fuerza, que galopa al interior de mi pecho, que cuando corro estoy viviendo mi vida con intensidad. Quiero seguir viviendo mi vida así, sentir que tras cada kilómetro vivo con fuerza, con pasión, con una intensidad que sólo me la ha dado el paso a paso de carreras y entrenamientos. Por eso, como lo dije al inicio, creo que voy a seguir corriendo hasta que mi corazón deje de latir.
David Moyano